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Sanidad animal es clave para exportar a mercados de alto valor

Comparan crisis de Covid-19 con epidemia de aftosa que afectó a Uruguay en 2001

Ganadería de carne.

Lo que hoy es la Covid-19 para la salud pública, en su momento lo fue la aftosa para la salud animal de Uruguay. Yo espero que esa crisis haya servido de lección y alerta, porque no estamos libres de que vuelva a ocurrir. Por eso tenemos que cuidar nuestro estatus sanitario, porque están apareciendo todo el tiempo enfermedades nuevas y reemergentes que pueden limitarnos el ingreso a mercados de alto valor, entre otros problemas asociados”, explica el Dr. Alejo Menchaca, coordinador de la Plataforma de Salud Animal de INIA.

Uruguay es un país productor de alimentos y la salud animal ha sido política de Estado. Menchaca sostiene que entre los motivos por los que hay que contemplarla, están las millonarias pérdidas económicas y productivas . “Hay muchos factores que determinan el éxito de la producción y la agro exportación nacional, la salud animal es uno de ellos”, remarcó el veterinario de INIA.

Costoso. “Uruguay pierde cientos de millones de dólares al año por problemas de salud animal. La baja tasa de preñez, las pérdidas de gestación y en la guachera en lechería, la muerte de corderos, las enfermedades parasitarias y transmitidas por vectores, los problemas de patas en ovinos, la brucelosis y la leucosis son algunos ejemplos en ganadería de carne y leche”, explicó Menchaca.

“Sumado a las pérdidas directas que esto genera, están los costos que destinamos a combatirlas, tanto en medicamentos veterinarios como en campañas sanitarias y aun así, problemas como la garrapata o la tuberculosis son cada vez mayores”, alertó el coordinador de la Plataforma de Salud Animal de INIA.

Explicó que otro motivo para optimizar la sanidad animal en Uruguay tiene que ver con que las exigencias de los consumidores actuales se engloban cada vez más bajo el concepto de “Una salud”. Ese concepto, entiende que la sanidad de los animales, las personas y el ambiente deben tratarse en conjunto. Más del 60% de las enfermedades infecciosas que padecen los humanos provienen de los animales y la actual pandemia es un ejemplo.

Hoy los compradores pagan por la salud animal, el cuidado del ambiente y la inocuidad y las nuevas generaciones lo están exigiendo cada vez más. “Por eso debemos ser suficientemente inteligentes, entender las señales y adaptarnos. Si logramos hacerlo de manera rápida vamos a ganar oportunidades en el mercado internacional y diferenciarnos de los competidores”, afirmó Menchaca.

Status. En lo referente al status sanitario de Uruguay a nivel regional el experto de INIA consideró que comparativamente “estamos bien” y que “somos un país muy creíble, porque tenemos un sistema de trazabilidad y control sanitario fuerte para las enfermedades de alto riesgo. Desde el punto de vista del consumidor, somos un abastecedor confiable como pueden serlo Nueva Zelanda o Estados Unidos”.

En este sentido, el referente en salud animal de INIA destaca el compromiso del sector y de la ciencia. “Los productores que han estado siempre preocupados por el cuidado de los animales deben contemplar las nuevas demandas de los consumidores. Y desde la ciencia también debemos considerar estos cambios para brindarle al sector los conocimientos y las herramientas más actuales para que se adapte”, explicó Menchaca.

En la generación de información robusta y soluciones adaptadas a la realidad local la ciencia tiene un rol preponderante, según la visión de este especialista.

En el caso de INIA, en 2014 instaló una plataforma para desarrollar líneas de investigación concretas en salud animal, con equipamiento de primer nivel internacional, profesionales especializados en el tema trabajan a diario en cooperación con otras instituciones nacionales y extranjeras.

Aun así, Menchaca considera que falta una estrategia país que enmarque y promueva la generación de tecnología y conocimiento científico local en salud animal. “Una cosa es reconocer la importancia del tema, que creo que todos lo hacen, pero luego hay que actuar en ese sentido. No solo debemos aceptar los problemas que tenemos en salud animal, sino que hay que tener un plan para mitigarlos o resolverlos, e invertir recursos para ejecutar ese plan”, detalló.

En esa línea, el referente reafirma el rol de los institutos científicos uruguayos que trabajan hace tiempo en el tema. “INIA y otras instituciones ya han dado pasos importantes, pero es fundamental sostenerlos y profundizarlos. Los países exitosos son los que invierten en ciencia y tecnología, por eso creo que cuando a Uruguay le va bien en materia económica debería invertir y priorizar más esas áreas, porque son las que generan la información y las soluciones que nos permiten resolver nuestros problemas, en el presente y hacia el futuro”, concluyó Menchaca.

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