“Los factores estructurales siguen firmes respecto a la demanda por carne”, aseguró Ricardo Reilly, representante de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) en la junta del Instituto Nacional de Carnes (INAC).
En Valor Agregado de radio Carve, Reilly comentó que, en la medida que se logre mejorar la situación forrajera, van a aparecer los ganados de campo que hoy les está costando terminarse. Por eso, si todo corre bien, “deberíamos terminar el año con una industria trabajando a mayor ritmo, un ganado terminado a pasto y una primavera consolidada”.
Como productor reconoció que tiene preocupación por la caída de precios del ganado, más que nada por lo abrupta que fue en el tiempo. Sin embargo, reconoció que el precio del ganado gordo se explica por diversos factores y que depende, en gran medida, del precio internacional de la carne.
“Los datos que publica INAC son de negocios cumplidos (...) Conviene mirar trimestres o al menos un mes para tomar referencia”, dijo.
En factores externos, aclaró, lo más determinante hoy es China que presenta una corrección de precios, que si bien no está clara la magnitud, se habla de un 10% o hasta un 20%. Mencionó que la política de control de covid de China trae aparejado problemas en el comercio.
Además, Brasil ha volcado importantes volúmenes de carne a precios competitivos; y en Argentina, a pesar de las restricciones para exportar, se han liberado altos volúmenes a varios destinos, incluso a China.
A su vez, hay un factor interno con una situación climática que no favorece y una industria que no ha estado operando al 100%.
“No podemos hablar de una catástrofe en términos históricos, cuando se analiza el promedio de los años en el valor del ganado”, dijo.
En tanto, opinó que las cosas que ocurren a nivel ganadero “no dependen de un país” y “menos de Uruguay” por el volumen que maneja. En ese sentido, Reilly explicó que “es difícil” hablar de piso.