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La carne carbono neutro continúa ganando mercados

Uruguay busca explotar sus ventajas productivas y continúa con los embarques de un producto de elite para Europa y Japón

Cortes de carne carbono neutro de Mosaica.

La carne bovina uruguaya verificada carbono neutro sigue abriéndose camino en la Unión Europea y continúa captando consumidores dispuestos a pagar sus atributos.

La certificación de carbono neutro puede garantizar a los consumidores que las emisiones de gases causantes del efecto invernadero de cada kilo de carne que consumen serán compensados en el medio ambiente y les garantiza que consumir esa carne, no está provocando un agrandamiento de la capa de Ozono de la atmósfera.

Veganos, vegetarianos y animalistas acusan a la vaca de ser la responsable del calentamiento global con sus emisiones de metano, pero como remarcó el experto alemán Frank Milthoehner, doctorado en temas ambientales en la Universidad de Davis (California), comer menos carne o, incluso, que el mundo apueste a una alimentación vegana, “no generará fuerte impacto en la reducción de las emisiones de metano” que junto con el CO2 y óxido nitroso, son los gases más significativos causantes del calentamiento global. La quema de combustibles fósiles tienen mayor incidencia que las vacas y resulta difícil que puedan reducir sus emisiones de gases contaminantes.

En diciembre de 2021 la empresa Mosaica, que ya venía exportando cortes de carne bovina hacia la Unión Europea, realizó el primer embarque de Sudamérica de carne carbono neutral. Los cortes fueron aportados por animales de la empresa y procesados en Frigorífico Solís, teniendo por destino a Suiza. Todo el proceso de verificación de carbono neutro lo realizó la certificadora LSQA, que desarrolló un programa de verificación de huella de carbono en producto para las etapas iniciales de la producción de carne también conocidas como “Cradle to Gate”.

El desarrollo de este programa contó con el aporte de expertos técnicos y productores nacionales para garantizar un esquema de verificación de huella de carbono que tenga en cuenta el contexto y realidad productiva local. Este programa se basa en los estándares ISO 14067, ISO 14064-2, ISO 14064-3, reglas de categoría producto y las Directrices del IPCC de para los Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero para relevar y verificar la huella de carbono en carne.

En el marco del emprendimiento, Mosaica que tiene una producción de ciclo cerrado con 2.000 vientres, donde trabaja con dos estancias de cría en Salto y Paysandú y una invernada en Florida, envía sus cortes con la marca Sol Dorado, con certificaciones adicionales a la de carbono neutro. En este caso suma protocolo Never Ever 3, que rige para animales libres de antibióticos y hormonas, alimentados a pasto. Además es carne Angus y con bienestar animal incluido. Al ser un ciclo cerrado, es la única empresa que puede certificar por bienestar animal toda la vida del ejemplar.

Avances. La empresa Mosaica lleva ya cinco embarques de carne bovina certificada carbono neutro a Suiza y otros países de la Unión Europea y cada uno es por 3,5 toneladas. El próximo envío será a mediados de mayo.

“Las perspectivas son muy buenas y hay varios mercados pidiendo precios”, adelantó a El País Sebastián Olaso Aguirre, administrador agropecuario de los establecimientos ganaderos de Mosaica.

“Hay mucho interés por estos cortes y están pidiendo precios, intereses y análisis de cantidad de producto disponible”, agregó Olaso Aguirre.

El respeto por el bienestar animal y el cuidado medio ambiental, están pegando cada vez más fuerte en los consumidores europeos. Los temas ambientales se convirtieron en la nueva barrera no arancelaria que imponen algunos mercados y cobrará mayor peso a futuro.

“Lograr verificar que el producto que la carne que se exporta es beneficiosa para el medio ambiente, porque no contamina, fue un cambio de reglas y llamó mucho la atención del consumidor, que está pagando ese producto diferencial”, explicó el representante de la empresa exportadora, que ya lleva tres años exportando su carne a Europa con marca propia.

Los cortes exportados son todos de alto valor, pero hay sondeos de mercado para entrar con otros. Los acuerdos comerciales le permiten a Mosaica volcar la carne en selectos nichos de mercado, circuito gastronómico e incluso a nivel de consumidor final.

Olaso Aguirre admitió que hay interés de otros mercados fuera de la Unión Europea para incorporar la carne bovina carbono neutro, pero aún no hay definiciones. El producto avanza lento, pero lo importante es que Uruguay mostró que se puede salir de los commodities y marcó un precedente histórico.

Japón. Por otro lado, Frigorífico BPU Meat y Montes del Plata enviaron en marzo de 2022 el primer embarque de Carne Carbono Zero y el mercado elegido fue Japón, para poder aprovechar las ventas que tiene este grupo de capitales japoneses que maneja el frigorífico en Uruguay. Algunos cortes con la misma certificación, también están disponibles en Uruguay en cadenas de supermercados y boutique de carnes especializadas.

La certificación distingue al ganado que pasó por el proceso de medición de la huella de carbono del sistema productivo ganadero-forestal. En el proceso, se verifica que los gases de efecto invernadero emitidos por el ganado hayan sido neutralizados por la presencia de árboles en el predio. En definitiva, el carbono que secuestra el componente arbóreo durante su crecimiento compensa las emisiones de metano del ganado.

Ciencia destruyó argumento vegano

Más allá de la legítima preocupación de los consumidores por evitar un agrandamiento de la capa de ozono de la atmósfera, la industria, el transporte y otros sectores, contaminan más que la actividad ganadera. Frank Miltloehner, investigador de la Universidad de California y principal referente mundial en calidad de aire, mostró cifras contundentes. Explicó que “ser vegano por un año quita 0,8 toneladas de gases causantes del calentamiento de la atmósfera”, mientras que “un transatlántico quemando combustibles fósiles genera 1,6 toneladas de gases”. En una palabra, de nada vale el esfuerzo si continúa incrementándose la quema de combustibles fósiles.

“Si en Estados Unidos se deja de comer carne por un día, se reduciría la huella de carbono en 0,3%. Lo que genera el 80% de las emisiones de gases causantes del efecto invernadero, es la quema de combustibles fósiles”, reiteró. Miltloehner explicó que el 70% de todos los gases causantes del agujero de ozono es Metano, pero es de vida corta. Aseguró que “la molécula de Metano lleva 10 años para que se destruya en la atmósfera y el resto de los gases de efecto invernadero no tienen una vida tan breve. El CO2 queda en la atmósfera por 1.000 años”, destacó en su visita a Uruguay. En la fase biológica del Carbono, el CO2 de la atmósfera lo secuestran las pasturas, el ganado las come y las bacterias en el rumen las descomponen, generándose Metano que es liberado mediante eructos. “La agricultura y forestación son los dos únicos capaces de reducir el volumen de Carbono”, remarcó.

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