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Jorge Riani: “El tema gremial se fue de las manos y de todo control”

El presidente de la Federación Rural denunció que el endeudamiento del sector agropecuario crece y ronda los US$ 4.000 millones, que siguen desapareciendo productores porque se funden y que la política económica que aplica el gobierno no está ayudando al campo. El empresario agropecuario afirmó que el Frente Amplio “le dio demasiadas alas a los sindicatos” y consideró que “es tarea del gobierno convencerlos de que las cosas no pueden ser así”. El conflicto en Frigorífico Solís afectó a productores, la industria y la imagen del Uruguay .

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Pablo Antúnez.

-Cuatro gremiales agropecuarias: Federación Rural, Asociación Rural del Uruguay, Cooperativas Agrarias Federadas y Comisión Nacional de Fomento Rural gestionan una reunión con el presidente de la República, Tabaré Vázquez, antes de fin de año. ¿Cuál es el cometido de esa reunión?

-Estamos con una enorme preocupación, no sólo por la pérdida de competitividad sino porque están desapareciendo productores. La falta de competitividad hace que hoy no cierren los números y así lo muestran los datos de las Carpetas Verdes del Instituto Plan Agropecuario y el balance anual de las empresas ganaderas de Fucrea. Esos son datos objetivos. La idea es transmitirle al presidente Vázquez lo que está pasando con el campo y ver si apuesta al sector o lo va a dejar caer más.

-¿Sigue creciendo el endeudamiento?

-El endeudamiento del campo está en el entorno de US$ 4.000 millones y vino creciendo en los últimos años. En la última década desaparecieron unos 12.000 productores agropecuarios. Se sigue perdiendo competitividad, tenemos el gasoil y la energía eléctrica más cara de la región, un dólar bajo y sobrevalorización del peso. Hay sectores más complicados, como la lechería, pero también los productores de ovinos, hoy no se le vende un ovino gordo a nadie.

Lo que tenemos que preguntarle al presidente Vázquez es si quiere un Uruguay donde el campo esté en manos de empresas multinacionales y que desaparezcan los pequeños productores o directamente vayan a engrosar los cinturones de pobreza la ciudad.

-Dice que la política económica que está aplicando Uruguay ¿es la que está afectando esa competitividad?

-Uruguay se volvió un país caro, tenemos servicios caros, un Estado caro y los problemas que comenté antes, todo eso en conjunto hace que no estén cerrando los números de las empresas agropecuarias. No estamos siendo competitivos y encima tenemos grandes problemas de infraestructura. Si las cuatro gremiales van con el mismo planteo al presidente Vázquez -no son sólo los grandes productores- es porque algo está pasando. La política económica que está aplicando Uruguay es la responsable de esa pérdida de competitividad. No es que no exista apoyo, sino que la economía tiene otro rumbo diferente al que precisamos los empresarios, incluso los agropecuarios.

-¿Qué le transmiten los productores agropecuarios al Consejo Directivo en las reuniones que se vienen cumpliendo en el interior del país?

-Estamos muy preocupados con la presión que están tomando las gremiales del interior. En la reunión que mantuvimos en Salto con las Federada del Litoral, vimos que hay muchos productores con ganas de movilizarse para denunciar la pérdida de competitividad y los daños que están sufriendo por la baja del dólar, los costos altos y los problemas de infraestructura que vive el Uruguay productivo.

-¿Cómo se frena eso?

-Las gremiales estamos tratando de contener a los productores, el nerviosismo y la disconformidad crece, pero la verdad, no sé hasta cuándo vamos a poder contenerlos. Es un momento muy especial, porque hay un montón de compromisos que cumplir, como pagos al Banco de Previsión Social, aguinaldos, sueldos y otros gastos en las empresas.

-¿Preocupa la magnitud que tomó el conflicto entre Frigorífico Solís y el Sindicato de Obreros de la Industria Cárnica (Foica)?

- La cadena cárnica entera fue la perjudicada por un conflicto gremial entre una empresa y un sindicato. Fue afectado Uruguay y su imagen, porque hay algunos compromisos con la exportación de carne que no se pudieron cumplir. Está la auditoría técnico sanitaria de Canadá revisando la cadena cárnica y se debió cambiar la agenda por el conflicto. Es lamentable que se tomen las medidas gremiales que se tomaron.

-¿Cómo pegó en el bolsillo del productor ganadero?

-El precio del novillo gordo y la vaca bajaron US$ 30 centavos por kilo y un productor que deja de embarcar un camión de ganado gordo pierde entre US$ 3.000 y US$ 4.000. A su vez, perdieron dinero los camioneros, el que venden combustible y los trabajadores que perdieron jornales. Hay empresas ganaderos que tuvieron ingresos netos de US$ 18 por hectárea al año y cuando pierden US$ 3.000 de un camión que no pueden embarcar van comprometiendo más su situación.

-¿Preocupa el tema gremial?

-Creemos que se fue de las manos, se fue de todo control y el único que puede solucionar este problema es el gobierno, que le dio demasiadas alas a los sindicatos. Ahora es tarea del gobierno el tratar de convencerlos que las cosas no pueden ser así, porque hay una cantidad de gente involucrada que nada tiene que ver con el conflicto que tienen los trabajadores de la carne con un frigorífico. Hay muchos que quieren trabajar y no los han dejado. Esa es la denuncia que hacemos los empresarios en la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se respete el trabajo de los que quieren trabajar.

Lamentablemente hoy hay un patoterismo que impide que los que quieren puedan entrar a trabajar y que incluso no saliera carne de los frigoríficos. No sólo los productores fuimos los perjudicados, el perjuicio es para todos.

-Una de las metas que se planteó el Consejo Directivo de la Federación Rural fue trabajar para eliminar esa falsa visión del campo que tienen algunos sectores de la ciudad. ¿Se avanzó en la creación de conciencia agropecuaria?

-En un país donde asesinan a niñas, que un lío entre capataz y peón haya tenido esa trascendencia es muy preocupante (en referencia al problema generado en Salto). Se adjetivó a todos los productores de explotadores y eso fue una muestra clara del odio que sienten algunos sectores de la ciudad contra el campo. En el problema generado en Salto entre capataz y peón, al final quedó claro que el productor no tenía nada que ver. Las críticas que disparó el incidente sobre los productores agropecuarios dejó en evidencia que no se avanzó nada en la eliminación de esa visión errónea sobre el agro. Incluso el gobierno que encaró un proyecto de valorización del sector agropecuario tampoco logró avances en la lucha contra esa postura de enfrentamiento entre campo y ciudad.

-Mañana lunes se reúnen con las Sociedades Federadas del litoral este. ¿Cuál es el cometido de esa reunión?

-Salimos al interior a recibir las inquietudes. Fuimos a Salto donde se reunieron todas las Federadas del litoral norte y ahora vamos a ir a Melo para reunirnos con las Federadas del Este.

La meta es traer insumos para trabajar en el Consejo Directivo, saber qué están pensando en cada zona y cuáles son las demandas de las Sociedades Federadas. Uruguay es un país chico pero las zonas son muy diferentes entre sí. La realidad es diferente en cada una, por eso es importante salir y estar en contacto con los productores. Uruguay se volvió caro.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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