El año pasado cooperativa Progan remitió 80 mil reses a faena a las dos industrias con las que hoy trabaja: Marfrig y Minerva. A propósito, su presidente José Gayo sostuvo que el 2021 fue un año “excepcional” en el que la demanda fue muy importante dado que jugaron cosas a favor la baja de los competidores vecinos y se obtuvieron números que eran “difíciles de imaginar”.
De cara a 2022, Gayo comentó que, de no ocurrir “nada extraño”, sería un año con buenas perspectivas ganaderas.
La cooperativa -que tiene abiertas sus inscripciones para asociarse- cuenta con convenios con estas dos industrias que tienen planes de apoyo (semestrales o por estación) para obtener distintos sobreprecios.
Por otro lado, analizan opciones como el negocio de corral. “Nos enfocamos en carbono neutro tratando de ver cómo se posiciona la cooperativa en ese sentido”, dijo.
En el caso de Marfrig tiene un corral en donde los productores que quieran sumarse pueden enviar su ganado para hacer un giro de capital más rápido y lograr beneficios en ese sentido.
Con Minerva se está negociando qué tipo de apoyo puede brindar a los productores socios que han manifestado la posibilidad de hacer un corral.
“Es un tema de balance de carbono, ver de qué forma se parte y hacia a dónde se lleva. Tratar de validar cuánto uno emite en un predio con determinadas condiciones, qué nivel de producción, de uso del suelo y cuánto fija. De ahí sale el balance de carbono que es lo que se va a exigir por el cambio climático”, explicó.
En el caso de Marfrig fija el precio al momento de que sale el ganado en función del valor de mercado, con su sobreprecio correspondiente.
En otro orden, Gayo sostuvo que “vamos a tener preñeces tardías”. Si bien se ve mucho destete precoz que pudo haber ayudado, las altas temperaturas y la falta de verde harán atrasar los celos.
“No es deseable, porque el ganado se atrasa al parir y se vuelve a atrasar al año siguiente y eso tiene un costo”, concluyó.