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China, un país de oportunidades para las carnes uruguayas

El desafío de Uruguay es promocionar la marca y ofrecer una historia atractiva detrás.

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Guillermo Crampet Arbiza.

En Asia se proyectan las grandes oportunidades para la comercialización de carne vacuna, sin embargo también existe una serie de desafíos necesarios de sortear para consolidar el producto en una cultura de consumo muy distinta a la occidental.

China se ha transformado en la gran aspiradora mundial de carne roja, una proteína que es nueva en la dieta de los consumidores del país, aunque a futuro los analistas prevén un aumento en el consumo y las importaciones del producto. Actualmente los chinos comen unos 7 kilos de carne vacuna por persona al año y unos 41 kilos de carne de cerdo. Mientras que en Uruguay el consumo de carne bovina supera los 58 kilos per cápita y más de 100 kilos sumando el resto de las carnes.

La pregunta es: ¿cuánto más se puede avanzar? El Instituto Nacional de Carnes (Inac) ha realizado investigaciones de mercado para conocer las costumbres y el funcionamiento de un destino nuevo y con un fuerte potencial de desarrollo. El gerente de Marketing del Inac, Lautaro Pérez Rocha, ha estado al frente de varios de estos trabajos.

-¿Cómo es el consumo de carne vacuna en China?

-La carne vacuna es un producto nuevo en la alimentación de estos consumidores, además es un producto premium. En China, la carne roja la consumen aquellas personas de nivel adquisitivo medio a medio alto y en los últimos años hubo un importante incremento en el poder adquisitivo de las familias. De acá al 2022 se estima que un 80% de los hogares en China tendrán ingresos medios a altos. También se debe agregar que la capacidad de producción es menor a la tasa de crecimiento del consumo y eso se va a reflejar en un aumento de las importaciones. Y es lo que ha sucedido: en 2018 la importación ha crecido un 40% en el acumulado del año, que por el tamaño de China, significa mucho volumen. Si el consumo de carne roja pasa de 7 a 8 o 9 kilos, el país necesitará unos 2 millones de toneladas más para suplir el consumo, y buena parte vendrá de la importación.

-¿Ha habido cambios en las vías de ingreso de la carne vacuna?

-El crecimiento de las importaciones también está dado por una sustitución en el canal de ingreso. En los últimos años se ha dado un pasaje de formalización en las compras, está ingresando menos carne por Hong Kong y Vietnam y más de forma directa en los puertos chinos. Actualmente China cuenta con 17 países habilitados para la comercialización del producto, cuando pocos años atrás eran unos 5 proveedores. Ante los pronósticos de falta de abastecimiento, se habilitaron más países y empresas para cumplir con la suba del consumo.

-¿Cómo ven a la carne uruguaya?

-Uruguay ha sido un jugador muy destacado. El año pasado colocamos el 20% del total importado por China, uno de cada cinco kilos de carne que ingresaron al país fueron de Uruguay. En este año el porcentaje es menor debido al crecimiento de Argentina y Brasil, aunque nuestra participación ronda el 15 o 17% del total. No hay dudas que la performance de Uruguay es relevante. De todas maneras, los países sudamericanos (Argentina, Brasil y Uruguay) tienen bajo posicionamiento en el consumidor chino. Por el contrario, países como Australia, Canadá y Estados Unidos son mucho más reconocidos, sus productos tienen una mayor visibilidad porque están en todos lados e ingresan con otra canasta de productos.

-¿Qué tipo de consumo tiene China?

-Lo mejor que nos puede suceder es que los consumidores no cambien sus hábitos de consumo. En China, una ventaja es que la gastronomía tiene preferencias muy variadas en la formas de cocinar. Consumen la carne en tiras, fajas, cubos y también en sopas. Estas recetas requieren distintas calidades: más magra, con más grasa, más fibrosa, tendinosa, o puramente tierna. Todo esto potencia los distintos cortes que se obtienen de una carcasa, se demandan todas las partes y eso es lo más bueno de China.

-¿Hay que trabajar más en imponer nuevas formas de consumir la carne vacuna?

-Esos son grandes desafíos que están presentes. En China conocen diez recetas con carne de cerdo y una de carne vacuna, no más. Hay que profundizar el conocimiento sobre qué cocinar con la carne roja, es un aprendizaje de largo plazo y, al mismo tiempo, son procesos que favorecen aún más a la importación.

-¿Cómo es la dinámica del mercado?

-Tiene particularidades. Una es que la cadena de frío no está desarrollada. En la carne hay un 40% que tiene cadena de frío, cuando en los países donde tradicionalmente colocamos la carne es un 100%. En China no toda la carne vacuna está en condiciones de frío a lo largo de toda la cadena de suministro, solo una parte y ése es un gran cambio que está evolucionando de buena manera. También aparece el supermercadismo, que tiene una penetración baja cercana al 30% para los alimentos, mientras que en países desarrollados es arriba del 80%. Además está muy fragmentado y las cadenas más grandes del país tienen una participación del 3 o 4%. Es claro que estos aspectos van a avanzar con el tiempo.

-¿Y el comercio electrónico?

-Está enormemente consolidado y es donde marcan la diferencia con el resto de los países del mundo. China en esto es único, por su escala y por su avance tecnológico. Se estima que las tasas de crecimiento y comercialización de la carne vacuna y otros alimentos alcanzará el 50% en el sector minorista en cuestión de tres a cuatro años. El mayor consumo se da por intermedio del celular, hay más de 530 millones de personas que usan su celular para pagar y comprar, casi 800 millones de personas con internet, y en este comercio online existe un dominio de dos empresas: Alibaba y Tencent. Otra de las particularidades, es la integración del mundo online con el mundo offline, esto es compras por el celular y entregas a domicilio o a retirar en un local. Estas herramientas tecnológicas se deben contemplar como oportunidades para el desarrollo y posicionamiento de la carne uruguaya.

-¿Cómo es el comercio de la carne enfriada?

-En China tienen una gran preferencia por la carne de cerdo enfriada y muy poco por la congelada. En todo lo importado referente a la carne vacuna los consumidores aceptaron que sea congelado. El 97% de la importación es congelado, lo restante equivale a lo enfriado y el lugar lo está ocupando Australia. Es algo que va a avanzar, pero todavía China y la importación están en un etapa de progreso del congelado. Para aumentar la proporción del enfriado es necesario que se desarrolle la cadena de frío.

-¿A qué valores se ofrece la carne en las tiendas minoristas?

-La carne se vende en los supermercados en cubos o fetas y los rangos van de US$ 15 a US$ 250 el kilo. Hay para todo los gustos, ofrecen cortes económicos y de ahí hasta Wagyu o carne súper premium norteamericana o australiana. Y se compra todo. China tiene eso, una gama de productos y precios que es amplio y un segmento de hogares con un muy alto poder adquisitivo, y también con una enorme población de millenials (nacidos después de los 80s y 90s) que buscan productos internacionales y quieren nuevas experiencias.

-¿Cuáles son los desafíos para Uruguay?

-Hay que dar mayor visibilidad a la carne uruguaya, que se reconozca en los puntos de ventas. Vamos a promocionar la marca y ofrecer una historia detrás del producto que sea atractiva. En ese sentido las exportaciones generales de Uruguay a China significan una limitante, porque estamos en el otro lado del planeta, exportamos pocos productos y que no aparecen en góndolas. Eso dificulta consolidar una imagen país y como proveedor de alimentos. Pero es ahí donde tenemos que mostrar nuestro potencial y calidad del producto, y tener una visión de inversión en el mercado de largo plazo. Ningún posicionamiento y construcción de imagen o marca se logra en el corto plazo. Y China seguirá siendo sin duda uno de los destinos más atractivos para la carne de Uruguay.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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