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Sector forestal cerrará 2021 con un 25% o más de crecimiento en divisas por exportación

Nelson Ledesma, presidente de la Sociedad de Productores Forestales, aseguró que Uruguay tiene una “oportunidad enorme de diferenciarse a nivel mundial como ejemplo de producción de alimentos y productos provenientes de materias primas renovables”, y en esta línea subrayó que existe una gran cantidad de productos nuevos derivados de la fibra de madera que tienen demanda y van sustituyendo los devenidos del petróleo.

Nelson-Ledesma
Nelson Ledesma, presidente de la Sociedad de Productores Forestales.
Marcos Francia

Acerca del caos logístico que ha complicado las exportaciones, Nelson Ledesma, presidente de la Sociedad de Productores Forestales, expresó que ha generado impacto negativo importante, ya que “los exportadores asumimos compromisos de entrega de volumen y calidad en tiempo y forma”. Finalmente, celebró la creación de la Sociedad Uruguaya de Silvopastoreo, reivindicando los beneficios en abrigo y sombra para el ganado, además de generar ingresos adicionales para el establecimiento.

¿Cómo evalúa el cierre de 2021 para el sector forestal?

En rolos de pino hubo un crecimiento importante respecto a enero-octubre de 2020, donde el ingreso de divisas fue un 115% mayor y el volumen en toneladas casi un 80%. Los rolos de eucaliptus crecieron en menor proporción: en el orden de un 30% en ingreso de divisas y en volumen, manteniendo estos precios. Para los chips, el 2020 fue un año muy malo, arrastrando una caída de precios de 2019 y con menor demanda por efecto de la pandemia. En madera de transformación como madera aserrada o tableros también se mejoró. Para la madera aserrada la mejora en divisas fue en el eje del 50% y en toneladas cercano a un 20%, con mejoras en el precio traccionadas sobre todo por Estados Unidos. Para los tableros, el crecimiento en divisas fue de 60%. A fines de octubre de 2021, sin considerar volumen y precio de la celulosa, llevamos exportados productos del sector forestal por el monto de 500 millones de dólares. Son volúmenes importantes de exportación, que pudieron ser aún mayores de no ser por los problemas logísticos ya conocidos. La falta de capacidad para cargar más ha complicado acercar las puntas vendedoras y compradoras.

¿Podemos decir que el 2022 va a cerrar considerablemente mejor que 2021 en divisas y volumen por exportación?

En celulosa, las divisas y el volumen se mantuvieron estables. Estimamos que Uruguay exporta 3 millones de toneladas al año, pero el ingreso de divisas aumentará porque el promedio de precio va a ser mejor que el del año pasado. En el resto de los productos deberíamos estar un 20% o 25% por encima que en 2020 en lo que tiene que ver con ingreso de divisas. Quizá este porcentaje crezca un poco más cuando se cierre la información de la celulosa, pero si todo sigue como viene esperamos eso.

En un sector donde el producto vale menos por tonelada que otros rubros y por ende se dificulta la competencia por buques y contenedores, ¿cómo impactó el caos logístico?

El hecho de no poder cargar un buque, cualquiera sea la razón, trae consecuencias negativas. Los exportadores asumimos compromisos de entrega de volumen y calidad en tiempo y forma. La pérdida de 2 o 3 días de embarque, hoy tiene un impacto mayor. Lo que antes llevaba un período de tránsito de 45 a 48 días a Asia, hoy está llevando casi 90 días. Por eso, a veces perder la llegada de un barco, sea por costo de flete, paro en el puerto o alguna otra razón, puede generar una demora adicional a este exceso de tiempo de hasta 15 o 20 días más. El perjuicio para quien recibe la mercadería es grande, y esto impacta incluso en los plazos de cobros por cartas de crédito. Genera una mala imagen, no solo para la empresa en cuestión, sino para el país en su conjunto.

Considerando esta coyuntura, viendo precios, fluidez y demanda. ¿Qué esperan para 2022?

Lo que pase en China va a ser muy importante. La crisis energética que atraviesan provocó una disminución de actividad en algunas industrias y baja la demanda de productos. Esperamos que esto sea un tema coyuntural, pero es una incógnita. Esto repercute en los precios y la demanda. Las señales de disminución de costo de fletes marítimos indican un freno en la demanda. En Europa la demanda no ha sido explosiva, pero recuperó respecto de 2020. Estados Unidos depende un poco de lo que sucede internamente y están preocupados por aspectos inflacionarios, pero esperamos que se mantenga una demanda similar a la de 2021.

¿Cómo ve el crecimiento del sector forestal, con posibilidad de transformarse en un tiempo en el principal rubro agroexportador del país en volumen y divisas?

El sector forestal puede seguir creciendo. Está maduro en la producción de celulosa, y la tercera planta así lo ratifica. Además, estamos creciendo en la transformación mecánica de la madera. Hay empresas que son pioneras y quieren colocar en el mercado internacional los productos que Uruguay genera. Si uno ve el futuro, se espera una demanda creciente por una mayor población mundial, y en esa demanda de productos sostenibles hay un espacio interesante para que Uruguay crezca en celulosa para papel, fibras para otros usos y demás. Hay una cantidad de productos nuevos derivados de fibra de madera que van sustituyendo productos derivados del petróleo. Hay una tendencia mundial respaldada por beneficios del sector forestal hacia la sostenibilidad en temas ambientales, ahí tenemos un potencial de crecimiento y transformación.

Justamente hablando de temas ambientales, ¿el sector forestal puede colaborar a ello? ¿Ayudando a la carbono neutralidad por ejemplo?

El país tiene una oportunidad enorme de diferenciarse a nivel mundial como ejemplo de producción de alimentos y productos provenientes de materias primas renovables. Tenemos una imagen de calidad mundial en lo ambiental. El proceso de transformación energética a energías renovables, los sistemas de producción de la ganadería y otros rubros… Todo esto, desde nuestro punto de vista, genera la posibilidad de diferenciarse y generar un modelo de producción sostenible a lo largo del tiempo con calidad ambiental indiscutida. Está en nosotros que el cambio climático sea un desafío y una oportunidad. Obviamente debemos afrontar los procesos adversos que se vienen, pero debemos tomarlo como una oportunidad y no solo como una amenaza. Dependerá de nosotros no ponernos palos en la rueda internamente.

Hace poco se creó la Sociedad Uruguaya de Silvopastoreo, ¿qué reflexión le merece?

Tuve oportunidad de participar en el lanzamiento y lo vemos con muy buenos ojos. La sociedad ha venido entendiendo la importancia del sector forestal de forma complementaria en el agro. Los beneficios de la sinergia con ganadería son claros, sobre todo en lo que tiene que ver con abrigo y sombra para el ganado, además de generar un rubro adicional de ingresos para el establecimiento. Hay mucho por desarrollar en sistemas aplicables al país y todas sus combinaciones. Bienvenida sea esta creación. Para productores medianos o chicos es una alternativa muy interesante.

El pasado viernes participamos del evento “Actuar hoy, pensando en mañana”, con presencia de reconocidos expositores. Como presidente de la Sociedad de Productores Forestales, si tuviera que mencionar 1 o 2 desafíos u objetivos hacia 2022. ¿Cuáles serían?

Ya desde este 2021 Uruguay tiene que entender la oportunidad que como país tenemos, tal como expresaba antes. Debemos poner toda la apuesta en la producción sostenible en todos los sectores agropecuarios. Uruguay tiene condiciones, tiene recursos naturales, tiene conocimientos, tiene gente capacitada, tiene reglas claras… Este es el gran desafío. El sector público y el sector privado deben conjugar esta realidad. Todo esto dependerá de la grandeza que tengamos como país de remar para el mismo lado.

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