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El Shorthorn siguió haciendo historia con animales de elite

Grandes Campeones para cabañas “Santa María” y “Bella Sombra”

Shorthorn

Con animales muy carniceros que marcan la vigencia de la raza, la cabaña riverense “Santa María” de Suc. Walter Mario Damboriarena expuso al Gran Campeón y Tercer Mejor Toro con ejemplares de dos años, mientras que la Gran Campeona se la adjudicó la cabaña “Bella Sombra” de Agrocolonia Srl, con una vaquillona menor que es genética argentina. A su vez, la Reservada Gran Campeona la expuso Cabaña “Los Naranjos” de Pedro Alejandro Scandroglio Altesor, con una ternera menor muy destacada y a la Tercer Mejor Hembra la expuso Cabaña “Rincón de Cora” de Rodolfo Lugaro.

Por segunda vez en la Expo Prado, Norman Catto experto de origen escocés radicado en Argentina calificó el Shorthorn. “Es la mejor raza para hacer cruzamientos, pero se usa poco porque no es moda y hay otras que van ganando terreno”, afirmó el jurado. Según dijo, encontró biotipos de animales muy diferentes en la pista.

Según entendió Catto, el Shorthorn va a seguir existiendo porque “el mercado de carnes lo necesita”.

Recuerdos. Walter Mario Damboriarena, uno de los propietarios del Gran Campeón dijo emocionado que “fue un año muy especial. Hace dos meses perdí a mi madre que siempre nos acompañaba y recordamos ese momento muy especial”.

El criador explicó que el toro impresiona mucho porque es completo y tiene mucha carne. Aclaró que le pueden faltar kilos porque se vino abajo y se encerró muy tarde, pero “promete más carne que la que tiene”. Es hijo de un toro de “Santa María”, pero nieto de sangres canadienses. Tiene genética de un toro que fue Premio de Oro en Sudamérica y Copa de Plata a nivel mundial. Es una sangre que produce muy bien”, remarcó Damboriarena. El jurado dijo que “es un toro muy completo y por eso ganó bien”.

Precocidad. Por su parte, Víctor Sánchez, principal de Agrocolonia explicó que la Gran Campeona “es una vaquillona menor que fue servida a los 14 meses. Su formación genética es a partir de líneas traídas desde la Argentina”.

Sánchez contó que trajo genética de la cabaña “Santa Cecilia” de Héctor Mario Eyherabide, fueron dos líneas de sangre que se cruzaron y el resultado fue la Gran Campeona. “Es un biotipo moderado y la intención es impulsarlo en Uruguay para cruzar con animales más grandes, con orígenes Canadá y Australia”, afirmó el criador.

A su vez, el presidente de la Sociedad de Criadores de Shorthorn, Rodolfo Lugaro, dijo que la raza “sigue creciendo. Está empujando mucho desde las nuevas generaciones y estamos muy contentos con el desarrollo que está teniendo”. El Shorthorn llegó al país en 1859 y los Registros de ARU se crearon en 1887. Hoy sigue vigente.

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