“¿Quién tiene olor a asado?”, fueron las primeras palabras del presidente Luis Lacalle Pou el pasado viernes 1° de abril al ingresar al predio de la Asociación Rural (ARU) en Melilla. “Todos”, fue la respuesta al unísono de quienes estaban más cerca, entre risas.
Es que la décimo primera Expo Melilla tuvo mucho más que producción: además de ser la más grande con luz de las 11 realizadas, concentraba las ganas de volver a encontrarse luego de dos años, similar a lo que sucedió en Expoactiva. Y cuando un uruguayo se encuentra, ¿qué hace? Y sí, un asado. Por eso Expo Melilla tuvo mucho olor a asado con sabor a reencuentro y el pálpito de un ambiente renovado, con ganas de desarrollar, invertir y “meter para adelante” en este pequeño gran país caracterizado por producciones agropecuarias de primer nivel.
El presidente comenzó recorriendo la muestra acompañado de Gonzalo Valdés, presidente de ARU; y Rafael Ferber, director de Exposiciones de dicha gremial. De cerca lo seguían también el ministro Fernando Mattos y el director Nacional de la Granja, Nicolás Chiesa.
Entre selfies, saludos y las típicas anécdotas del “Usted presidente no se va a acordar, pero…”, el Dr. Lacalle Pou siempre contrarrestaba complementando la historia, para sorpresa de varios. En ese trajín se dio un hecho de lo más folclórico: un joven de unos 20 años se sacó un champión y le pidió que se lo firmara. El presidente se rió, pero el joven contestó, “es uno de los objetos que más quiero, y le pido que me lo firme”, despertando la risa aprobadora del resto, mientras el presidente sacaba un marcador.
A medida que Lacalle Pou avanzaba, no faltaban las explicaciones de lo que se ofrecía en cada stand, y entre fruta y fruta de la UAM, que contaba con una carpa en la exposición y ofrecía fruta fresca de forma gratuita a quienes lo desearan, y también una muestra de queso y salame. El presidente no solo aceptó, sino que “explicó” a los muchachos del stand cómo se corta tradicionalmente el salamín, longaniza, pipa o chacarero: “es en diagonal y finito; no como muestra”.
Para terminar, entre tanta selfie, anécdota y visita que realizó el presidente en las horas que estuvo en el predio, un visitante, al verlo tan rodeado de gente le comentó en tono compasivo “Está complicada la cosa, eh”, y casi al instante otro presente dijo: “Complicado estaría si no se le arrima nadie”, despertando risas de todos los presentes, poniendo el broche a la presencia del presidente en la cuarta actividad agropecuaria en menos de dos meses: Expo Durazno, Expoactiva, inauguración oficial de la cosecha de arroz y Expo Melilla.
Anécdotas. La exposición tuvo 4 días de actividad, y fue notoriamente la Expo Melilla más grande de todas, casi un 30% por encima de la anterior. “Ya en 2020 y 2021 las exposiciones iban a crecer, y se tuvieron que suspender unos 20 días antes, por eso esta edición traía aumentos acumulados”, aseguró Rafael Ferber, director de Exposiciones de la ARU.
Otro aspecto a resaltar de la muestra es alguna diferencia que registra con las tradicionales Expo Prado, en donde muchos visitantes conocen lo que sucede en el campo y es común recibir en los stands gente qué pregunta: “¿Y eso qué es?”. En el caso de Melilla, el mayor porcentaje del público se acercaba con inquietudes técnicas y de un conocimiento mayor por el rubro en cuestión.
Además, hubo muchos otros detalles de color como, por ejemplo, la moto eléctrica de ARU, que se vende en Almacén Rural, o las bicicletas naranjas del banco Itaú. Respecto de la primera, Nahuel, funcionario de la Asociación, realizó 100 kilómetros de mandados dentro del predio en los cuatro días de exposición. Lo complicado para Nahuel fue mantener el vehículo en su propiedad, ya que todos los chicos se la pedían para dar una vuelta.
Las bicicletas naranjas solían verse en Expo Melilla como una divertida forma de recorrerla, sobre todo por tratarse de una muestra bastante grande. “Te subís a una bici y es alegría, es salud”, aseguró José “Jope” Zerbino, gerente de Agronegocios de Itaú, “y el banco buscó apoyar con eso, para tener un lindo paseo por la Expo”.
La presencia de jóvenes tampoco pasó desapercibida. UTU tenía un stand, hubo visitas de las escuelas agrarias, de Facultad de Agronomía y Veterinaria, excursiones desde el interior y mucho apoyo de la Asociación Rural de Jóvenes del Uruguay. El domingo, una vez que todos los participantes se fueron, los jóvenes de ARJU se quedaron ayudando a cargar el ganado de noche. “Son insustituibles, después hicieron un asado”, dijo Rafael Ferber.
La Expo Melilla 2022 tuvo, además de la tradicional rifa de la ternera Normando, la primera muestra joven de lechería, la cual fue catalogada por los allegados como “muy buena” y se cerró con gran conformidad.
Y si hablamos de la alegría de reencontrarse y comer asados, tenemos que cerrar con la participación de Alejandro Acland, ex participante de Fuego Sagrado, oriundo de Young, que deleitó a los presentes con un espectacular cordero a las brasas y unas papas fritas en el stand de Agrofuturo, realizado en conjunto con Toremor SA CLAAS. “Fue una tremenda experiencia, y si bien es cerquita de Montevideo, te sentís en el campo”, dijo Acland. “Las papas fritas quedaron sequitas, el cordero se deshacía y fue muy divertido conversar con la gente y sacarnos fotos”, dijo Acland, quien entre risas aseguró: “Por supuesto que vamos a seguir haciendo asados
La Expo Melilla más grande de las 11 ediciones se desarrolló en un momento de auge, trabajo e inversión, con tecnología de punta para el sector granjero, lechero, forrajero y de pasturas, entre otros. Las ganas de reencontrarse en un rubro pujante y que representa una forma de vida estuvieron a la orden del día, el clima acompañó y ahora que parece que la pandemia nos afloja un poco la cincha, ¿cuál fue el resultado? Mucha charla, mucho abrazo y, por supuesto, mucho asado. La alegría de volvernos a ver.
