Todos los cortes bovinos con hueso, incluida la media res, subieron $ 5 por kilo esta semana, al tiempo que las pulpas desosadas -en su mayoría-, aumentaron $ 10 por kilo.
El aumento es generalizado entre la industria frigorífica exportadora y los abastecedores del mercado interno. Se debe al incremento del precio del ganado gordo, materia prima básica de los frigoríficos.
¿Por qué sube la carne? La voraz demanda de China que sigue acaparando toda la carne bovina y ovina que puede, empuja al alza el valor del ganado gordo para faena, que hoy está con precios históricos. A eso se suma una falta de animales preparados que la industria precisa para poder cumplir con los negocios pactados con el exterior. Aún así, la faena continúa alta. El último dato aportado por el Instituto Nacional de Carnes (INAC), correspondiente a la semana 12/9/2021 al 18/9/2021, la faena de bovinos alcanzó las 47.168 reses .
Alfonso Fontenla, presidente de la Unión Vendedores de Carne, gremial que nuclea a buena parte de los carniceros, aseguró a El País que “el consumo de carne bovina en el abasto se encuentra estable”, pero “perdió el dinamismo. Están surgiendo problemas para poder tener ventas fluidas y la caída de la demanda es más notoria a finales de mes”.
El anterior aumento de precios de la carne bovina se registró a comienzos de agosto, donde todos los cortes con hueso y las pulpas, subieron $ 10 por kilo. Hoy en el abasto, el 90% de la carne que se vende es uruguaya y hay muy poca presencia de pulpas desosadas y envasadas al vacío que se importan desde Brasil. Esos cortes sirven para moderar las suba en el mercado interno. Brasil tiene menos oferta de ganado y enfrenta mayor demanda interna tras la reactivación del consumo una vez transcurrida la pandemia de Covid-19.
Alternativas. Pero no sólo la carne subió, con menos ruido, también lo hizo el pollo. “El valor del pollo se estabilizó en estos últimos días, luego de una suba de 50% en mes y medio”, aclaró Fontenla.
A su vez, la carne de cerdo, la otra proteína alternativa que venía con un crecimiento sostenido en el abasto interno en los últimos años, también incrementó su precio. En este caso el ajuste fue mínimo: de entre $ 2 y $ 3 por kilo.
Básicamente los que ajustaron sus listados fueron los importadores, debido a la suba de los costos y la materia prima.