INFORME CAMPOS
Director de Zambrano & Cía.
¿Qué dejó el primer semestre en cuanto a la venta/renta de campos? Un semestre mucho más dinámico, con concreciones de operaciones tanto en rentas como en ventas. Si bien la mejora en el ánimo comienza en el segundo semestre del 2020, junto con el repunte de las materias primas y las consultas que vinieron desde el exterior, sobre todo de inversores argentinos, la realidad es que el arranque del 2021 fue el inicio de una etapa de definiciones para muchas operaciones, con compradores que fueron más que nada locales, algo que no pasaba hace mucho tiempo. Es lógico, ya que los locales reaccionan antes a las buenas expectativas que se generaron y que hoy se confirman para el sector. Ahora parecería entramos a una etapa donde empezarían a venir. De todas formas, al ser operaciones importantes en los montos, hablando de las ventas, hay que decir que los compradores han operado más, pero con cautela, distinto a lo que pasó del 2011 hasta finales del 2014, con un mercado más que de firmeza, por momentos de locura. ¿Cómo ve el mercado en la actualidad? Parecería entramos a una etapa donde empezarían a participar más operadores extranjeros, con mercado más demandado que ofertado. Estamos transitando un mundo post pandemia que coincide la alta expectativa en cuanto a la demanda de lo que Uruguay produce en alimentos con una realidad de tasas bajas y sobre todo pocas alternativas para los inversores, que no hacen augurar una consolidación en el negocio agropecuario y un flujo importante de inversión tanto en tierra como en arrendamientos. Se destacan la alta demanda por campos agrícolas, después los mixtos y algo más de dificultad en los netamente ganaderos de bajo Coneat, pero que a ciertos precios tienen también interesados en operar, incluso como un refugio de capital en un contexto donde eso no abunda. La tierra no solo es finita, sino que además cada vez hay menos, por el avance de las grandes urbes que en general se dan en zonas de tierras útiles, así que vaya si es un refugio para el ahorro como pocos. De todas formas, las expectativas altas generan un enlentecimiento de las operaciones y eso puede también hacer que la realización se vea enlentecida sobre el cierre del año. ¿Qué cree puede pasar ante la apertura de fronteras anunciada por el gobierno? Debería empezar a moverse la inversión extranjera, no creo que de argentinos que, a diferencia de la oleada inicial de principios de los 2000, hoy tiene muchas dificultades para mover dólares, pero sí de otras regiones seducidos por este rincón y oasis en el manejo de la pandemia es sudamerica. De todas formas, hay que ver que dan los números, porque los inversores y sobre todo los grandes hacen números y Uruguay está caro, en muchos aspectos. Y sobre todo habrá que ver el estado de ánimo post pandemia en general, ya que eso es definitorio, pero a su vez es lo más difícil de leer. Benjamin Graham decía respecto: “El mercado es como un péndulo que siempre oscila entre el optimismo insostenible (que hace que los activos sean demasiado caros) y el pesimismo injustificado (que hace que los activos sean demasiado baratos). El inversor inteligente es una persona realista, que vende a optimistas y compra a pesimistas”. Por último, creo que habría que pensar en facilitarle más la posibilidad de poder invertir en tierra al uruguayo. Hoy hay una cantidad de exigencias, controles y burocracia que dificulta al pequeño y mediano ahorrista beneficiarse de la oportunidad que significa el agro uruguayo. Sabemos que algo hay en el gobierno, que permitiría a la figura de fondos locales ayudar a esto, pero parece injusto que sea más fácil para fondos de ahorro y pensiones extranjeras capitalizar las oportunidades, que al propio Uruguay.