Después de esta semana de lluvias, los cultivos de verano, que en muchos casos acumularon por encima de los 100 mm de agua, “cambiaron radicalmente”. “Tuvieron un cambio cualitativo tremendo, empezamos a recuperar parte del potencial que pensamos habíamos perdido. Las lluvias llegaron en tiempo y forma y, sacando a los maíces de primera, el resto del cultivo la lluvia les vino de perillas”, señaló Gabriel Carballal, productor agrícola de Flores.
La soja, en Chicago, cruzó la barrera de los US$ 500 por tonelada. Los productores uruguayos hasta de la lluvia no se habían animado a vender nada por un tema de que peligraba la producción. “Habíamos hecho alguna operación de futuros. Ahora se hizo alguna venta de físico, muy poco, porque queremos seguir viendo. Falta bastante, pero la lluvia fue un empujón espectacular”, dijo.
Sobre costos, el agricultor manifestó que si la compra de fertilizantes y herbicidas se hizo anticipada, hay costos contenidos, y con unos 500 de renta se rondan los 2100 kilos por hectárea. En las empresas que se descansaron más, se manejan unos de 2300 kilos por ha de rinde equilibrio.