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Ramón Erro: “La agricultura es manejo de riesgos”

El director de Barraca Erro, Corporación de Maquinaria y productor agropecuario, dijo que en el interior del país “la agricultura es tan pasional que se vive casi como el fútbol”

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El director de Barraca Erro, Corporación de Maquinaria y productor agropecuario, dijo que en el interior del país “la agricultura es tan pasional que se vive casi como el fútbol” y las empresas agropecuarias hoy tienen un desarrollo mucho más integrador y promotor de las economías locales. Respecto a las exportaciones, expresó que “producir para el mundo es una perspectiva que casi no tiene techo”, y aseguró que además de afianzar el riego y los seguros agrícolas en el país debemos estar preparados, porque “luego de las bonanzas vienen también años malos”.

-¿Cómo fueron sus inicios en la agricultura? ¿Cuáles son sus primeros recuerdos?

-Son desde que tengo nariz. Y todas las vivencias, yendo a la barraca vieja de mi padre cuando se cosechaba en bolsa, yendo a los campos, trabajando en la trilla que me gustaba mucho… Recuerdo cuando se pasó a granel. A los 17 comencé firme a acompañar a mi hermano que es mayor, porque mi padre murió cuando yo tenía 11. Siempre estuvimos en Dolores siendo una empresa local y departamental, con el paso de los años fuimos dándole trascendencia nacional y luego internacional.

-¿Cómo ha visto en este tiempo la evolución de la agricultura?

-Muy bien pero con muchas etapas. Desde 1977 hacia acá, con mis 61 años, he visto de todo. Antes la agricultura tenía mucho laboreo y poca rotación entre cultivos. Ya cercano a los 80´ la rotación con pasturas fue mejorando la estructura de los campos. En nuestro caso fuimos desarrollando una agricultura de exportación, primero con el girasol, el trigo y después los demás cultivos. En nuestro país, con un consumo de 3 millones de habitantes, producir para el mundo es una perspectiva que casi no tiene techo.

-¿Confirma el impacto que genera en las economías locales?

-Totalmente. Creo que cada vez es una producción más integrada. A fines del siglo pasado tuvimos una gran crisis del sector que yo creo que trajo un quiebre. En 2001 exportamos el primer barco de soja: una bodega con 14.000 toneladas. Hoy, el país ha llegado a producir 3 millones de toneladas, pero inicio tienen las cosas. Un tiempo antes de eso empezamos a desarrollar genética en Uruguay, vino la siembra directa y comenzó ese gran desarrollo que tuvo su auge allá por 2012. La organización de las empresas de agro hoy está consolidada, con uso de tecnología, con profesionales trabajando, que antes no era tan común. Realmente vemos un desarrollo mucho más integrador de las empresas agropecuarias, y a su vez promotor de las economías de los pueblos del interior. En la inauguración de la cosecha de trigo el presidente Lacalle Pou destacaba el empuje de los agricultores y cómo asumen los riesgos, con todo respeto yo agregaría que eso se da sobre todo en el interior del país, donde la agricultura es tan pasional que se vive casi como el fútbol.

-El trigo y la cebada son los cultivos de invierno tradicionales en nuestro país, ¿cómo ve su realidad?

-Genéticamente han avanzado muy bien y Uruguay logra rendimientos récord en la región. Esto, integrado a un doble cultivo con soja o maíz genera un uso de la tierra intensivo y ayuda en la erosión y composición del suelo por aporte de rastrojo y carbono. A ello debemos sumar la dinamización que genera y la facturación que se da por hectárea física.

-La colza o canola ha sido una total revolución, ¿qué opinión le merece?

-Es un cultivo muy lindo, que si bien no es fácil en algunos aspectos ha dado muestras de que en un gran área se va logrando una homogeneidad. Nuestros proveedores de genética alemanes nos dicen que podemos avanzar en un 50% al punto en el que estamos hoy. Deberíamos trabajar con un promedio país de 3.000 kilos, si bien eso no se logra de un día para el otro y las áreas cuando crecen en gran medida bajan los rendimientos promedio. No creemos que se deba crecer abruptamente, pero sí se van sumando zonas nuevas como el este del país. Es un cultivo a mantener en las rotaciones, cuidando enfermedades y demás. Va a seguir avanzando, pero tal vez nos vamos a sentir más cómodos en unas 250.000 hectáreas que en unas 300.000.

-¿Cómo ve un nuevo crecimiento del área de soja? ¿Hoy es una mejor opción el maíz en campos aptos o son situaciones distintas?

-Podemos ver un crecimiento de un 10% en la superficie de soja. Sigue siendo la cabeza de rotación de 4 o 5 cultivos, al menos aquí en el litoral. No vemos que el área de maíz o soja crezca a favor de uno u otro, tal vez en algún año puntual. Si la siembra se va tarde el maíz de segunda se defiende mejor que la soja. Hay estrategias de sembrar más maíz de segunda porque es más estable que un maíz de primera sin riego, ya que este último en un año de malas condiciones climáticas te pega un palo grande.

-Si bien no se cultiva en la zona de Soriano, usted ha sido gran admirador del arrocero por su manejo del agua. ¿Piensa que este conocimiento se puede aplicar a otros cultivos?

-Sin dudas que sí. El arroz se va integrando a las rotaciones con algunos de estos cultivos. Esto ayuda a bajar el costo del arroz en sí mismo, en una rotación con soja por ejemplo. A su vez, diversifica riesgos y caja. Si a ello, en los casos posibles le sumas poder regar con esos sistemas cultivos de secano, es bien interesante.

-¿Coincide en que el riego y los seguros agrícolas son dos aspectos prioritarios?

-Sí, en un 100% y soy impulsor de eso. El riego debe ser una política de Estado como sucede con la forestación, y para los seguros agrícolas, como dijo el presidente Lacalle, no hay que tener miedo a los subsidios. El productor incorpora el seguro como un elemento de seguridad para el sistema en su conjunto. En la medida en que se asegure más área, las compañías distribuyen mejor el riesgo y pueden mejorar las primas.

-Hoy casi no existen los pooles de siembra y la agricultura en Uruguay se da más por empresas familiares. ¿Esto es más sano?

-Por lo menos hay un capital mucho más estable. Son empresas familiares y nacionales, aunque hay extranjeros radicados aquí hace muchos años, con proyectos a mediano y largo plazo que generan producción y fuentes de trabajo.

-La rotación agrícola-ganadera. ¿Ya es indiscutida?

-Pienso que sí, porque incluso para el corral hay que hacer recría a campo. Esta sinergia ha sido clave durante muchos años pero hoy se ha expandido más, y la demanda por parte de la industria y los mercados internacionales es firme. La ganadería sin la agricultura no es viable.

-Uruguay es un país caro. ¿Qué podría decir de la situación de costos, la cuenta del productor y con base en eso la aplicación de tecnologías?

-Hay que separar. Es un país caro para vivir, luego debemos analizar si es caro o no para producir. Hay predios chicos lecheros o agrícolas donde no alcanza el dinero para vivir, entonces en esa escala es mejor ser buen empleado que patrón. Además, ese pequeño propietario del negocio asume el 100% de los riesgos. Por ello, hoy tenemos productores que también son contratistas, o parte de la familia vive y trabaja en la ciudad, y con ese mix de ingresos continúan. Uno va adecuando las economías. Esto es igual que si vas al supermercado y hay productos más caros o más baratos: evaluas en qué momento comprás cada uno. En la producción, hay que ver costos y rindes de equilibrio. Es bueno comparar la producción de carne, leche o granos con los países de la región, por ejemplo. Lo grave, es que al ser un país caro, la escala genere inviabilidad para algunos productores. Ahí es cuando hay que diversificar o ayudar.

-En más de una ocasión usted ha hablado de la resiliencia del agricultor. ¿Cómo describe al agricultor uruguayo?

-Es el primero en adoptar tecnología, y en ello somos pioneros en Sudamérica. La incorporamos rápidamente para bajar costos o subir rendimientos. Y la resiliencia es común a los agricultores en el mundo. Tal vez en los países que subsidian es más fácil. Miremos hoy el arroz o la lechería en Uruguay. Hubo productores que lamentablemente no aguantaron, pero el que pudo la peleó con uñas y dientes y hoy empiezan a ver una recompensa.

-¿Cómo explicaría a alguien que no conoce el trabajo del campo el impacto real del agro cuando funciona?

-Mirá, una cosechadora como la de la inauguración de la cosecha de trigo, con los rendimientos que se están obteniendo, saca no menos de 10 camiones por día. Esto impacta al patrón y a toda la cadena. Hay empleados que además del sueldo ganan por productividad, y este aumento mejora toda la cadena: talleres, plantas de silos, fletes, estaciones de servicio, comedores, almacenes, etc. Por ejemplo, uno va a Treinta y Tres en época de cosecha o siembra de arroz y va fuera de ella y son dos mundos diferentes.

-Si tuviera que mencionar uno o dos desafíos para el agricultor uruguayo, ¿dónde pondría énfasis?

-La agricultura es manejo de riesgos. Hay que afianzar el riego y los seguros agrícolas, pero no son los únicos elementos. Debemos considerar que luego de las bonanzas vienen también años malos y hay que estar preparados. Hay que pensar a mediano plazo, si bien sé que a veces no es fácil por la tenencia de las tierras en la agricultura. Es importante a su vez trabajar en equipos humanos comprometidos, con sentido de pertenencia y con visión compartida.

Barraca Erro cumple sus 75 años en 2022

Barraca Erro cumple 75 años de historia el año próximo: una empresa 100% familiar y nacional, con un conocimiento global del negocio agrícola en todos los eslabones de la cadena.

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