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Lago: “Hoy no está en mi horizonte dedicarme a la política partidaria”

El presidente de ACA habló de todo con Rurales El País

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Freddy Lago, actual presidente de la Asociación de Cultivadors de Arroz (ACA), habló de su continuidad en la gremial, la relación con la industria, su posibilidad de entrar en política y las perspectivas del sector. Dijo que la expectativa originada con el precio provisorio fue “mayor” a lo que se concretó con el precio definitivo, y en la búsqueda de defender al productor se han generado algunos “conflictos” con la industria, pero es parte de un proceso natural en el cual el sector ha generado la sabiduría de saber “hasta donde tirar la piola”. Lago consideró que el precio convenio da seguridad y estabilidad al productor, y respecto a sus ganas de seguir como presidente, dijo que no lo tiene definido, pero “es una posibilidad que me retire, porque creo que las instituciones no pueden estar tan dependientes del directivo de turno”. En lo que tiene que ver con la política, mencionó que “le costaría mucho identificarse con un partido”, y mientras está en ACA no analiza nada, porque “tengo un rechazo total a hacer carrera política desde un gremio”. “Es muy difícil que me entusiasme con la política partidaria”, dijo Lago. Para el uso de Twitter, el agricultor sostuvo que busca generar impacto, manifestó que “hay productores que se quejan de que decimos que tuvimos una buena cosecha, pero debemos ser creíbles”, y enfatizó en que en toda la historia arrocera, a pesar de los ciclos, “el sector siempre se salvó solo”. Lo que sigue es lo sustencial de una larga charla, distendida, en su establecimiento.

¿Cómo analiza productivamente el cierre de la cosecha de arroz?

Cerramos en unos 9.250 kilos por hectárea, con algunos datos por confirmar. Esto conforma un millón y medio de toneladas, más o menos. Lo primero es que hubo una recuperación importante del área que permite aumentar el volumen, y tener 2 años consecutivos de excelentes rendimientos es muy importante. La zafra pasada fue récord, pero esta es la segunda de la historia, superando los 8.800 kilos que ocupaban este segundo lugar. Genera más satisfacción que el año pasado por la preocupación que tuvimos en verano, donde hubo períodos de inquietud porque el agua no daba. De no haber llovido lo que llovió, habría sido complicado. En Artigas, que es donde menos llovió, los resultados anduvieron en torno al promedio. Es un año parejo entre regiones, lo que no es muy normal y genera resultados positivos para el sector. También apuntala al productor que aplica tecnología y sortea momentos difíciles, porque el resultado productivo si no, podría haber sido parecido al sur de Brasil, Paraguay o Argentina. Esto le da crédito al sector, no es solo el clima, hay una gran parte que viene por el productor y la investigación transferida. Si bien no hay una institución de transferencia directa y esto vuelve a discutirse, esto se hace y la cercanía de productores con INIA y técnicos del sector y la industria achican la brecha entre la obtención máxima de la investigación y la realidad. Aquí hay toda una capacidad que tiene que ver con la cadena arrocera que es muy fuerte y pocos países tienen.

¿Vienen trabajando en la interacción con los ganaderos o dueños de campos?

Estamos con un proyecto con el Plan Agropecuario que busca generar resultados positivos para ambos. Hay que convencer al dueño del ganado o el campo para que lo entregue antes al productor, pero no de “pierna”, sino porque vea el beneficio económico y esto no es fácil, porque también el ganadero cuanto más tiempo deja el ganado en el campo genera kilos. A los productores que les cuesta más estar en el primer tercio de arriba son los que le entregan el campo más tarde, con excepción de aquellos que hacen todo bien y tienen más maquinaria. Tiene que ser un objetivo sectorial que el productor acceda con tiempo a las chacras, y que para la siembra tenga que entrar solo con la sembradora y no andar preparando tierras, taipas y demás.

Freddy Lago

¿Cómo evalúa la fijación del precio definitivo que se cerró hace algunas semanas?

El resultado me parece muy bueno en base al ejercicio comercial, que va del 1 de marzo al 28 de febrero. Hubo muchas situaciones complejas en el transcurso. Del 1 de marzo al 30 de junio fue muy buena la demanda y por ejemplo se concretaron 120.000 toneladas a Iraq, siendo que este año no se vendió 1 kilo a ese destino. Para la segunda parte impactó mucho el costo logístico, hubo dificultad para conseguir contenedores, se elevaron los costos de los buques y menguaron los negocios. A veces llegaban los informes y en un mes se vendía un 2% o 3%, como en setiembre u octubre. Fue un gran desafío por el miedo a llegar con saldos exportables a una buena zafra como la que estamos teniendo, y habría dificultades logísticas. La Unión Europea, por ejemplo, pagó cada vez más por el producto, pero el flete era cada vez mayor. Lo que quiero decir es que la expectativa de junio en el provisorio fue mucho mayor a lo que luego se concretó. Eso nos frustra como directiva y lógicamente a los productores, porque incluso en su momento el provisorio se fijó con cobertura. Tanto industria como ACA sabíamos que si vendíamos todo el 30 de junio el precio era superior a los US$ 13. Aquí vale la matemática, y es un precio justo porque están totalmente contempladas las partes en función del contrato. La industria se queda con la utilidad y los productores reparten el resto de la torta. Una cosa es la realidad económica que es esa y está muy bien como resultado, y otro aspecto son las expectativas que obviamente no se pudieron mantener tan arriba como parecía a principio de año.

¿Cómo está el relacionamiento con la industria?

Tiene un marco general que lo determina el contrato, pero el productor lo construye año tras año y el precio convenio es casi una institución en sí misma. Desde ACA hemos buscado ser lo más profesionales posibles, como lo han hecho todas las directivas. La gran destreza de ACA es hacer de cuenta que tiene una industria cuando no la tiene y nunca la tuvo. Los molinos están protegidos en el 100% de sus costos y en la utilidad. Es difícil pensar que alguien pierda plata por mantener un negocio, y al final siempre el que absorbe tipo esponja es el productor, como en cualquier parte del mundo y en cualquier rubro. En la búsqueda de defender al productor se han generado algunos conflictos, pero es parte de un proceso natural donde cada uno defiende a ultranza su posición, porque para eso estamos allí. El arrocero hace su parte y saca buenas producciones de arroz, con una calidad excelente y queremos que la industria agregue valor a todo eso. Hay un muy buen proceso industrial con una materia prima excelente. Si se compara con otros procesos industriales muy pocos tienen el nuestro, con segregación de variedades, cuidado del grano en el proceso, y por eso desde nuestro punto de vista se podría agregar cada vez más valor. Pero también la industria dice “el gestor soy yo y no ustedes, ustedes saben hacer lo suyo y nosotros lo nuestro”. Ahí a veces se genera algún intercambio, pero porque todos queremos lo mejor. Creo que el relacionamiento no es diferente. Estoy desde 1994 en la ACA y nos peleamos cuando fijamos el precio y trabajamos en conjunto cuando hay que hacerlo. Mirá… hace poco tuvimos un arbitraje, que duró varios meses, y entre medio hicimos acuerdos de precio. El sector ha generado la sabiduría de saber “hasta dónde tirar la piola”. Lo que queda en una negociación, es página de ese año y supimos mirar hacia adelante. No recuerdo que en una discusión apelemos a cosas del pasado. El sector siempre miró el día después. Somos socios y hay muchos productores que pueden plantar gracias a la industria. Entonces si ese productor tuviera que negociar por sí solo el precio de su arroz, no tendría la capacidad de rebatir mucho lo que le dicen. Por eso el sector ha estructurado una directiva de ACA que da la discusión por el precio sin involucrarlos, pero sí escuchándolos en la interna o en las regionales. Las relaciones pueden tener sus momentos, pero está dentro de lo esperable.

Entonces no está en riesgo el precio convenio…

Los cambios se pueden dar si una de las partes entiende que tiene un mejor negocio de otra forma. Obviamente que el relacionamiento va a tener que ir haciendo ajustes, pero no los ha tenido de gran forma porque los que diagramaron este esquema en su momento tuvieron la capacidad de hacer algo que aplique por mucho tiempo. Personalmente no creo que esté en riesgo esto. Con este esquema el productor no agarra el precio máximo que puede captar un productor independiente, pero tampoco agarra el precio mínimo, y justamente muchos productores independientes sufrieron este año por no entender el mercado o estar “jugados” a ciertos negocios. El esquema da seguridad y estabilidad al productor. Otro dato no menor es que el arroz necesita un proceso de secado y almacenaje, y el 95% del producto se exporta. Por eso, la última preocupación del productor en cosecha es que en el carretón funcione el sinfín y descargue en el camión, después ya pasa a otro proceso. Antes de la conferencia de Rurales El País el pasado noviembre en Treinta y Tres lo hablaba con Daniel Gonnet, integrante de los molinos, que sacando las diferencias el precio convenio es como la democracia: por supuesto que es perfectible pero no hay nada mejor. Cuando Camil compró Saman estaba esa duda, sin embargo analizaron el negocio y les sirvió, por algo se quedaron. No es fácil emprender como arrocero independiente en Uruguay, y esto se ha hecho viable gracias a este esquema. Estoy convencido de eso, quizás más convencido que otros, y no veo por qué tendría que caer.

¿Considera seguir como presidente de ACA luego de fin de año?

Hace mucho tiempo que estoy en esta presidencia, casi 6 años, y entiendo que más allá de que en ACA no hay límite, todos tienen su ciclo. La respuesta definitiva no la tengo, pero creo en los ciclos y puede ser que estemos terminando uno, pero veremos a nivel de productores y regionales qué se piensa. Últimamente hemos intentado no ser tan dependientes de las personas de la directiva. Es una posibilidad que me retire, porque creo que las instituciones no pueden estar tan dependientes del directivo de turno, pero tampoco lo tengo decidido porque no lo he analizado mucho. Lo mío es pasión y vocación, pero parte de ese análisis es con la familia también.

Indudablemente hay cierto desgaste, no solo de usted, sino de su familia

Cansa sí, pero también alimenta. A mí toda mi vida me gustó. De adolescente me gustaba la política, pero luego entendí que me gustaba la gremial y no la partidaria. En partidos no tengo posición clara, veo buenos y malos en todos lados. Me costaría mucho identificarme con uno y me estaría traicionando a mí mismo. Ninguno me conforma totalmente, pero tampoco tengo rechazo por nadie. Obviamente que tengo una concepción de país que hoy está más en la coalición de gobierno que en el FA.

Freddy Lago

¿Lo han llamado para participar en política? ¿Lo tienta?

La tentación política la tengo desde hace mucho, y sí he tenido invitaciones. Recuerdo que los 3 partidos me invitaron a ser candidato a intendente por Treinta y Tres en 2005. Pero no me invitan porque soy Freddy Lago, sino por mi rol y visibilidad gremial. Por eso, mientras estoy en ACA no analizo nada, y tengo un rechazo total a hacer carrera política desde un gremio. Vos te vas de ACA, pero unos años más seguís enganchado a la imagen. Es muy difícil que yo me entusiasme con la política partidaria. Soy crítico cuando se llega a esos puestos a través de los gremios, y en ACA pasó. A pesar de mi gran amistad con Tabaré Aguerre nunca me gustó lo que hizo, porque además lo invitaron a ser ministro en pleno proceso electoral de ACA, lo que lo hace peor todavía. Hoy no está en mi horizonte dedicarme a la política.

Usted ha usado Twitter como una herramienta para comunicar, y ha tenido algún que otro cruce con jerarcas y actores del gobierno. ¿Cómo evalúa esta postura?

Twitter me genera la facilidad de comunicar, pero hay que saber que si tenés un cargo en un gremio, por más que diga cuenta personal no estás independiente de lo otro. Es importante que lo sepamos. Cuando escribo tengo que tener responsabilidad con la institución que busco preservar. A todos aquellos que no estamos en el día a día de la política partidaria y sobre todo a los del interior del país, nos ha facilitado mucho. Me gusta, trato de usar mi cuenta lo mejor posible y busco generar impacto. Esto lo he podido discutir con algunos de los que tú mencionas, y les digo que es mi herramienta para criticarlos en el buen sentido. Aquí nadie quiere decir algo para que después digan “ah, aquel tenía razón”, lo hacemos porque buscamos reacción y correcciones. Tenemos que estar preparados para las reglas de juego: si un político o gobernante se molesta por ello es porque no está preparado para estar al mando de un organismo en la actualidad. Va alineado a lo que buscamos de exteriorizar el sector y darle visibilidad. Antes era común decir “no comentes que estamos bien porque nos pueden caer”, pero si cuando estás mal y querés generar acciones lo decís, cuando estás bien tenés que tener la misma conducta. Hay productores que se quejan de que decimos que tuvimos una buena cosecha, pero debemos ser creíbles. En toda la historia del sector, a pesar de los ciclos, siempre se salvó solo. Nunca hubo en la historia, salvo acciones puntuales, una resolución que “salve” al sector. Siempre se salvó solo, y ahora también.

¿Cómo evalúa al gobierno?

Estoy satisfecho con la atención del gobierno. Es cierto también que hubo más demanda de arroz, mejoró el negocio y la mejoría del dólar en 2020 ayudó a licuar costos Pero creo que si hubiéramos tenido necesidades el gobierno habría respondido, por lo que dijeron pre electoralmente. Hubo una serie de medidas que mejoraron, como pasa con la energía. En el caso del combustible también. Sigo siendo crítico de ANCAP pero hoy no nos roban: antes cobraban lo mismo que hoy pero no costaba eso producir el combustible en Uruguay. Tengo una valoración muy buena del presidente y la disposición de escuchar, de atender, de estar presentes.

En el último tiempo se han visto más las externalidades del sector, como empleo, divisas, beneficios en lugares más rezagados y demás. ¿Ve viable superar las 200.000 hectáreas de arroz?

Lo veo viable, pero no en el cortísimo plazo. La infraestructura para hacer 200.000 hectáreas ya no está más. Las exigencias antes eran menores porque con 10 mil metros cúbicos estabas cubierto, hoy tenemos que pensar en 14 mil y en años como los que hemos tenido hay que ver la mayor demanda atmosférica y saber que es el seguro real: si no llueve ni un día en verano tenemos que tener agua. Por otro lado, hay muchas represas en el centro del país que quedaron en medio de la forestación. Eso ya son dos limitantes que reducen la posibilidad de las 200.000 hectáreas automáticamente. Para pensar en más área hay que hacer infraestructura, sobre todo de riego. Entonces empiezan las discusiones de las represas multiprediales y las alternativas que tiene el productor, por ejemplo, con los valores de las rentas ganaderas o sojeras. Pienso que a las 250.000 hectáreas se llega medianamente fácil, pero hay que hacer infraestructura. La ciudadanía discute mucho el tema del agua, y desde mi punto de vista desde una visión equivocada. Yo pregunto, ¿la ciudadanía está dispuesta a que se haga un paredón en Palo a Pique y se inunde? Mucha gente tiene una posición sesgada. Tenemos que entender las externalidades del arroz que dan posibilidades al desarrollo humano. Cuando digo ciudadanía digo jerarcas y políticos también. Es muy probable que si llueve y hay agua podamos crecer en 10.000 hectáreas para la próxima zafra. Capaz ir haciendo 172.000 hectáreas podría ser el próximo escalón, y tal vez 185.000 sea el techo sin hacer obras. Recordemos también que la extracción de agua baja solo un 30%, el otro 70% es por evapotranspiración. El mayor deseo del agricultor, es cuidar el ambiente para que sus descendientes lo sigan, y la mayoría de los daños en Uruguay son por exceso de agua, porque quitando los años de sequía cuando llueve demasiado y hay inundaciones de poblaciones o cultivos es bravo.

En esto se vinculan también los desafíos alimenticios del mundo, ¿verdad?

Si uno mira la capacidad de crecer en arroz, esta región del mundo es la única con esas características. ACA viene trabajando también con UPIC para usar el arroz como ración animal, si bien sigue siendo la base de la alimentación humana, y sobre todo de poblaciones con menos recursos. En estos ambientes, el arroz y el maíz son los cultivos que más producen por hectárea. Salvando situaciones complicadas que obviamente existen en el país y respetamos, al hambre y la seguridad alimentaria la vemos de lejos, pero hay países que ya no tienen capacidad de producir el alimento que su población tiene que consumir. Es preocupante. Por eso, el arroz aquí tiene una posibilidad enorme y Uruguay debe entender que esa necesidad viene de la mano de, por ejemplo, tener que inundar Palo a Pique o parte en Artigas. Necesitamos cada vez más alimentos, y me cuesta creer que productos que dan 1.800 kilos o 2.000 y poco como la colza o soja compitan en este sentido. Como negocio es bárbaro para el productor, pero la humanidad lo va a ir corrigiendo, y quienes estamos 5 veces por encima de esas producciones por hectárea, como maíz o arroz, estaremos en mejores condiciones de generar eso. Esto es cíclico, y van a haber años buenos y malos, pero el arroz en Uruguay siempre va a ser una producción destacada: por productividad, por relacionamiento, por institucionalidad y por externalidades.

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