En estos días comenzaron a trillarse las primeras chacras de canola. En el caso del Enrique Oyharazabal, productor agrícola de Dolores, comenzaron por una canola sembrada el 20 de abril y los resultados fueron auspiciosos: arriba de los 2.000 kilos por hectárea.
“Es un rendimiento interesante, pero la vemos que está un escalón por debajo de la expectativa que teníamos en relación al ciclo y a los manejos esperábamos un poco más de ella. No es un mal número”, señaló.
El aprendizaje es continuo, aseguró. Si bien hace algunos años que trabaja con canola, año a año van cambiando la fórmula tratando de encontrar la forma de que el cultivo sea más rentable y rinda más. “Los precios están al alza y van a enmascarar los costos. Con rendimientos normales la ecuación no va a ser mala”, explicó.
Sobre la situación de la zafra dijo que “no es buena”. “Veníamos con un potencial hermoso. Realmente preparándose para dar una gran cosecha, pero la última semana con temperaturas de enero en octubre los ha cocinado. Está faltando agua. Si la lluvia que se pronostica llega a errar vamos a ver cosas muy lamentables. La necesitamos para concretar lo bueno de las chacras”, afirmó.
En tanto, sobre la campaña de verano, el agricultor dijo que se está iniciando muy tímidamente y con mucha precaución tratando de sembrar más tarde para que la floración escape a los peores momentos de febrero. “Hay mucha precaución por los pronósticos de verano”, señaló.