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Cultivos de invierno piden lluvias "a los gritos"

Trigo y cebada conservan muy buen potencial, parte de la canola está más comprometida

Cultivos de invierno
Cultivos de invierno
Gabriel Carballal

El déficit hídrico que atraviesa nuestro país está afectando también a los cultivos de invierno, que si bien mantienen un buen o muy buen potencial, están llegando al límite en cuanto a sus reservas de agua. Con unas 756.522 hectáreas, las chacras uruguayas incrementaron en un 17% la superficie de cultivos de invierno, cifra que no se registraba desde hace muchísimos años.

La canola tuvo un crecimiento explosivo en todo el territorio nacional. Basta con recorrer las rutas del país y ver los campos pintados de amarillo, imagen muy pintoresca por cierto. Con un incremento de 100.000 hectáreas del año pasado a esta campaña según la encuesta de DIEA publicada este mes, la superficie implantada de colza escaló a 267.000 hectáreas.

“Las colzas invernales están muy buenas, las primaverales sembradas más tarde están más complicadas porque elongaron chicas y no acumularon mucha materia seca”, comenzó diciendo Alexis González, asesor agrícola. “Asusta sí que nos estamos quedando sin agua, hay unas rajaduras enormes y precisamos alguna lluvia urgente porque ya no quedan demasiadas reservas”, agregó.

Puntualmente de la colza, González enfatizó que está llenando el grano y por eso necesita el agua en demasía, si bien ayudó que las temperaturas no fueron tan altas y la demanda bajó un poco. Pero también esas temperaturas bajas hicieron algún daño con heladas, que se podrán evaluar cuando empiecen las actividades de trilla.

Tomás Molina, agricultor del centro del país, zona que ha recibido los beneficios de una expansión importante de la agricultura en general pero sobre todo el doble cultivo con la participación de invierno, dijo que la situación para la colza es dispar. “Las tempranas y sobre todo las sembradas en lugares donde no había mucha acumulación de rastrojo están excelentes”, expresó. “Piden más agua pero están muy bien y con mucho potencial, lo cual en mi caso es un 60% del área”. Sin embargo, aquellas chacras sembradas de mediados de mayo en adelante y sobre todo aquellas instaladas sobre soja de segunda con un volumen de rastrojo importante, que tal vez antes fueron trigos, recibieron un golpe fuerte de las heladas que en casos mató chacras enteras o en partes. “En esos lugares nos jugamos a una resiembra en junio pero siguió patinando, para ese 40% de nuestra área podemos esperar 1.000 kilos, no mucho más”, agregó Molina.

El trigo es el cultivo más antiguo de la agricultura nacional, ha sido el estandarte del invierno uruguayo y a pesar del crecimiento exponencial de la colza continúa siendo el principal en superficie, con unas 287.710 hectáreas, copiando un crecimiento de 18% frente al 2021.

La cebada en cambio tuvo un descenso en su superficie, influenciado fundamentalmente en los planes de las malterías, algunos problemas de rechazo que intimidaron al productor la pasada campaña pero sobre todo los buenos números del trigo y la colza. Para este año, se sembraron unas 182.000 hectáreas, lo que marcó una baja de 42.000 hectáreas frente a la última campaña.

“A los trigos y las cebadas los veo lindos y con buen desarrollo. Hay algún trigo espigando y la cebada con un alto consumo de agua”, dijo González. “Sanitariamente hubo un empuje de manchas hace 2 meses, pero ahora está todo muy tranquilo”.

En el centro del país, la situación no está ni tan mal como algunas chacras al sur que precisan agua de forma desesperada, ni tan bien como lugares al norte donde llovió considerablemente mejor. “Tampoco sobra un milímetro”, dijo Tomás Molina, y agregó que “el trigo y la cebada están excepcionales y frío no les ha faltado, por lo que si se da algún agua a fin de mes o principios de octubre el llenado de grano va a poder capitalizar de buena forma los fríos de invierno”. En la medida que las condiciones acompañen, para estos dos cultivos “se espera un muy buen año”.

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