El año pasado cerró con una leve baja en el número de vacas lecheras enviadas a faena comparando los números con 2015.
Durante algunos meses el volumen de descarte creció, pero finalmente 2016 cerró con un descarte y remisión a las chacinerías de 110.854 vacas lecheras. Si bien es normal que los tambos eliminen las vacas que están llegando al final de su lactancia o aquellas que producen menor litraje, hubo meses en que se aceleró la extracción debido a la crisis económica y de precios que enfrentó el sector.
Aunque se estimaba que 2016 cerraría con una cifra muy por encima de la registrada en 2015, el volumen de vacas descartadas cayó 2% comparando ambos años, según datos publicados por el Instituto_Nacional de la Leche (Inale) en base a las cifras del Sistema Nacional de Identificación Ganadero (SNIG/ Mgap).
Tomando diciembre de 2015 y 2016, la baja del año pasado alcanza a 12%. Ese mes cerró en 2015 con un descarte de 8.472 cabezas vacunas frente a las 9.626 cabezas registradas el año pasado. En 2015 el mes con mayor descarte fue agosto, donde se enviaron a las chacinerías 14.477 vacas contra 9.040 que los tambos despacharon en agosto de 2016, según la misma fuente citada anteriormente. Hay suficientes vaquillonas de reemplazo pues se llevan dos años sin exportar a China.