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Fideicomiso lechero afectará mayor volumen de producción

Las lluvias le devuelven la esperanza a los tamberos.

Tambo  en Florida

Lechería. Aún en momentos de crisis, el sector continúa apostando a producir y se mantiene vivo.

 

Pablo Antúnez. 

Tal como está planteado el nuevo fideicomiso lechero -la herramienta que busca rescatar a los tamberos uruguayos de la crisis climática, de precios y principalmente de los problemas de financiamiento- los productores estarán pagando la asistencia casi en el valor que la ley marca como techo. En una palabra, habrá una mayor afectación del litro de leche y eso pega fuerte en momentos complicados como el actual. En los hechos le puede costar más al productor pagar la asistencia en los seis años que se plantean en la iniciativa.

Discutir y modificar los montos, dependerá de la reglamentación de la ley que el Poder Ejecutivo busca dejar funcionando, si es posible, la próxima semana. La comisión que la elaborará, es honoraria y estará conformada por dos productores, un representante por la industria (por Cámara de Industrias Lácteas del Uruguay), por los ministerios de Economía y Finanzas, de Industria y de Ganadería, Agricultura y Pesca (que la preside), además de por Instituto Nacional de la Leche (Inale).

Hay algunas diferencias grandes con el Fondo de Financiamiento de la Actividad Lechera II (FFAL II) en esta nueva edición del fideicomiso tal cual fue aprobado en el Parlamento.

En el FFAL II se destinaron al sector US$ 42,5 millones, monto que al precio de la leche del momento representó unos 160 millones de litros, cuando ahora se destinarán US$ 85 millones (prácticamente el doble).

Pero, la gran diferencia es que en la edición anterior, el fideicomiso afectó en el eje de 1,4% de toda la leche y ahora estaría muy cerca del tope admitido por la ley de 3,5%.

A eso hay que sumarle que la situación del mercado mundial cuando se puso en marcha el FFAL II era muy diferente a la actual y el fideicomiso se pagó en siete años de los ocho que estaban planteados.

El repago se hizo más fluido, porque durante el repago de la asistencia, el precio del dólar se mantuvo e incluso bajó a mediados de 2007, luego la leche subió de precio, aunque hubo una baja a finales de 2008/09, pero posteriormente siempre estuvo con un valor más alto que cuando los productores tomaron el dinero.

A la vez, en esos años, en la lechería uruguaya hubo un incremento sensible de la producción de leche respecto a los 1.300 o 1.400 millones de litros que se producían cuando se distribuyó el fideicomiso. De la mano de una mejora en la dieta de las vacas, con la misma cantidad de vientres en ordeñe, el crecimiento fue muy rápido.

Ahora que el nuevo Fondo de Asistencia para los tamberos será distribuido, la tendencia que muestra la lechería uruguaya es que haya menos leche volcada a la industria, el precio de la leche no sube -todo lo contrario cada vez cae más- y el otro contraste es que el precio del dólar sigue subiendo.

“El fideicomiso se armó para que el sector pueda pagarlo en seis años y medio”, explicó a El País el presidente del Inale, Ricardo de Izaguirre, reconociendo que fue armado así para que “el repago no se junte con otra crisis”.

Es que cada seis o seis años y medio el sector enfrenta una crisis. Pero De Izaguirre recordó también que el grado de afectación del litro de leche variará a lo largo del período de repago.

El presidente de Inale aclaró que todavía hay mucho por avanzar y dijo que son los mismos productores los que tienen la posibilidad de cambiar algunos detalles con la reglamentación de la ley. A nivel de las gremiales de productores lecheros ya se está generando la discusión en torno a este punto.

LLuvias.

Por otro lado, más allá de la rápida aprobación del fideicomiso, los tamberos cambiaron el ánimo con las lluvias.

“El clima nos dio un alivio. Estamos con los mismos precios, con la misma falta de pasto, pero la lluvia trajo esperanza y cambió el ánimo del productor”, resaltó el presidente del Inale. Es que tal vez en 15 o 20 días las pasturas puedan volverse a pastorear y eso aliviará los costos en las empresas que hoy están solventando sus vacas a fuerza de concentrados proteicos y raciones, ya que muchos predios debieron consumir antes de entrar al invierno las reservas forrajeras que, en años normales, utilizarían mucho después.

El clima provocó la pérdida de varios verdeos sembrados, mucho de los cuales no pudieron volver a ser resembrados.

En la historia de la lechería uruguaya nunca se había dado una crisis de precios acompañada de una sequía en otoño que castigara tan fuerte a las empresas.

No es la primera vez que los tamberos enfrentan una crisis de precios, pero tienen la necesidad de continuar produciendo porque de lo contrario no tienen ingresos.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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