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Se industrializaron más vaquillonas

Fueron 264.000 más en los 12 meses cerrados a marzo.

CARNE
AFP - ARGENTINA-CARNE - FIN - Agriculture;- - (ARCHIVO) Ejemplares de raza Hereford bajan del camión para ingresar a los corrales en la Cooperativa de Trabajadores Frigorifico Yaguané, en la Provincia de Buenos Aires, Argentina, el 29 de julio de 2005. El gobierno argentino anuncio el 20 de abril de 2006 un acuerdo de precios, con frigoríficos y supermercados, para 12 cortes de carne para intentar que el precio baje un 15%, pero mantiene la suspensión de las exportaciones del producto por 180 días que impuso en marzo para garantizar el abastecimiento del mercado interno, lo que provoca la ira de los ganaderos.s AFP PHOTO Daniel GARCIA - Buenos Aires - - - ARGENTINA - DANIEL GARCIA - dg/cc/mg GANADO VACUNO AL MATADERO, FRIGORIFICO YAGUANE
DANIEL GARCIA - STF - AFP - AFP/AFP

Ganado gordo.

La faena de vaquillonas mostró un aumento de 55% en los 12 meses cerrados a marzo, cuando se faenaron 264 mil cabezas. Menos de tres años atrás (en el año a mayo de 2014) eran 170 mil cabezas, según los datos estadísticos del Instituto Nacional de Carnes (INAC).

El incremento de 55% representó 100 mil vaquillonas más que se destinaron a faena, sin que se vea afectado el stock de vientres.

En el mismo período, las demás categorías de vientres -básicamente vacas de refugo- aumentaron 40% a 916 mil cabezas. El hecho es significativo y refleja los cambios que se han dado en el complejo ganadero uruguayo en los últimos años.

Por un lado, la demanda está jugando. Es creciente la participación de vaquillonas en los corrales de engorde, fundamentalmente para formar parte de la cuota 481, el cupo cárnico de alta calidad destinado a la Unión Europea para ganados terminados a corral. Tampoco es de despreciar la demanda por esta categoría para el mercado interno.

Con más de 200 mil terneros y novillitos de sobreaño que se exportaron en pie en los dos últimos años, hay una relativa escasez de machos en las nuevas generaciones, por lo que no es de extrañar que se recurra más a las hembras de la misma generación.

Pero también juega la oferta. Que queden más vaquillonas disponibles para ser engordadas implica que esta alternativa luce atractiva frente a incorporar ese animal al rodeo de cría. En parte porque este ya es numeroso -hace cuatro años que hay más de 4,2 millones de vacas de cría en el país- y en parte, porque las señales no son claras como para seguirlo haciéndolo

Crecer. Aunque los precios de los terneros lucen atractivos -en especial al compararlos con los del gordo-, el negocio de la ganadería enfrenta varias incertidumbres -comerciales y de costos- que no alientan a incrementar la inversión.

La faena de vientres en general y de vaquillonas en particular da la pauta de que la tendencia de crecimiento del rodeo vacuno, que cumplió seis años en 2016 para superar los 12 millones por primera vez en la historia, no se sostendrá.

La exportación en pie y las excelentes condiciones forrajeras impiden que se pueda hablar de una fase de liquidación. Pero la faena de vientres es una clara señal de cambio.

Guillermo Crampet

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