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Estados Unidos: la producción ganadera vista por un grupo de uruguayos

Grupo de productores y empresarios agropecuarios concurrió a la gira que organiza ABS.

Foro Rural

EL NORTE. Aún cuando parece están en su máximo potencial, confiesan que hay mucho para mejorar.

FORORURAL

Durante una reciente visita a Estados Unidos, Alejandro Zambrano investigó la realidad de la producción ganadera en varios puntos del país. Este informe, elaborado por ForoRural y Zambrano, relata esta experiencia y promueve, una vez más, el valor del intercambio.

En uno de los mejores veranos en Estados Unidos (desde el punto de vista del clima, con muy buenas lluvias, lo que ayuda a paliar en parte la importante caída de los precios), un grupo de uruguayos invitados por ABS viajamos para conocer la actualidad de la producción ganadera local en Wisconsin, Illinois, Dakota del Sur, Dakota del Norte y Minnesota.

REFERENTE zambrano cmyk

El entusiasmo por producir sigue vivo entre los productores ganaderos de este país, aun ante un escenario de cambios en los valores y en los ingresos de productores ganaderos: la caída de los precios registra en e1 año mas de un 20% en los novillos gordos (hoy a 1,20 la libra por peso vivo, estimación que resulta en 2,64 dólares por kilo, cuando un año atrás cotizaba a 1,45, o sea 3,19) y casi un 40% en los precios de la reposición (mientras hoy un ternero se estima a 3,40 por peso vivo, hace un año cotizaba a 5,75). Ellos son conscientes de que esos precios históricos de 2014 y 2015 no eran sostenibles, y que los ciclos de la actividad siempre van a existir.

Con un sistema de cargas muy bajas, el criador tiene muy definidas y claras las distintas etapas del año. En veranos calurosos e inviernos con tres meses de nieve, característicos del lugar, el estado de los ganados a partir de manejos con una vaca -cada 3 o 4 hectáreas, en el mejor de los casos- es siempre muy bueno. Se destetan terneros que muy rara vez bajan de los 200-220 kilos. Además, la preparación (reservas en forma de fardo) y el creepfeeding son herramientas constantes y cotidianas en el manejo de los rodeos de cría.

Zonas con un promedio de lluvias de 400 mm (incluyendo la nieve), con máximos de 750 y mínimos de 250 mm, exigen una gran eficiencia en la utilización de las pasturas.

Existen distintos sistemas a la hora de la castración, aunque en todos los casos la aplicación de la hormona junto con la capada supone una gran ventaja productiva.

El stock actual del rodeo de cría esta superando apenas los 30 millones de cabezas, con un stock total de 90 millones de cabezas de ganado. De alcanzar en el año 2017 los 32 millones de vacas de cría, se espera una recuperación de la retención de hembras.

CLAVES. Si bien los números están en sus mínimos desde los años 60, la producción de carne es más del doble que la de aquellos años. Estos saltos productivos se explican por estos motivos:

1) Alimentación, no sólo en la terminación, donde el 90% es a feedlot con animales de no menos de 650 kilos, con 17-18 meses máximo (o en el momento de la cría).

2) Aplicación de promotores de crecimiento en casi todos los animales de carne y en la genética. No se discute que la herramienta genética (y la inversión en esta herramienta) expliquen estos niveles productivos. El 86% de lo que actualmente se faena es Angus o cruza, con el Simmental y SimAngus, ambos de pelo negro similar al del Angus (hoy en segundo lugar en tanto razas de carne, buscando calidad de carcasas y mayor tamaño de bife).

3) El trabajo que se está haciendo en los estudios genómicos, con una fuerte promoción en la incorporación de los resultados en los DEPs por parte de la Asociación de Angus. La enorme cantidad de datos y animales sobre los cuales trabajar puede mostrar la inflexión que vive la producción cárnica (acercándola al desarrollo que ha tenido el ganado lechero o la producción suina a partir del desarrollo en la genómica).

Se trata además de una actividad que no tiene grandes controles por parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que está más abocado al control de la agricultura. Salvo algún contacto para recomendaciones sanitarias, no existen prácticamente controles (excepto en puntos claves de la actividad, como la balanza, donde se liquidan y pagan los ganados que van a faena). Tampoco hay grandes trámites a la hora del movimiento de semovientes (ni guías, ni despachos, ni lectura alguna). Entretanto, además de que la trazabilidad no se practica, los productores no la quieren. Todo se reduce a estar ocupados (no preocupados) en producir.

En cuanto a los impuestos, funciona un sistema sencillo de impuesto a la renta (si hay ganancia se paga; si no, no), sin necesidad de pagar anticipos y después negociar créditos fiscales (de no haber beneficio). Hay, también, algunos impuestos muy bajos, que se calculan por hectárea (o acre) y que no superan los 7 a 12 dólares/hectárea por año, dependiendo de la calidad de los suelos, que tienen como destino la mejora y el mantenimiento de la infraestructura en el condado (ya sea obras de caminería, que son excepcionales, como inversión en escuelas o energía). Estos servicios, que son excelentes, permiten que sea viable vivir en el propio establecimiento, ya que -por ejemplo- siempre se va a contar con una escuela de primer nivel a pocos minutos. Solamente es necesario que los hijos emigren cuando acceden a la facultad.

En resumen, pudimos tomar contacto con una actividad que parece estar en su máximo potencial posible y, sin embargo, todos los actores (productores incluidos) están convencidos -y para eso trabajan- de que todavía hay mucho por mejorar.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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