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Coyuntura desafía ganadería de cría

Será un invierno “caro”, pero aplicar tecnología puede resolver el volver a preñar las vacas.

Ganado  Vacuno

Ganado. Hay vacas compradas en la zona de emergencia que fueron adquiridas y llevadas a verdeos, pero no se recuperaron aún. Foto: Ariel Colmegna.

 

Pablo Antúnez.

la emergencia agropecuaria sigue profundizando la pérdida general de kilos en los sistemas ganaderos, el frío aprieta, el pasto se terminó y los fardos se siguen pagando a precio de oro.

Las lluvias, si aparecen, ya no arreglarán nada porque el partido se juega porteras adentro, donde el manejo -dependiendo de la estrategia y la situación de cada productor- puede significar perder menos condición corporal en algunas vacas de cría y poder volverlas a preñar en la primavera.

“Hay soluciones, pero será un invierno caro”, advirtió el doctor Alejandro Saravia, jefe de información y transferencia de tecnología del Instituto Plan Agropecuario (IPA). Los técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INIA), Instituto Plan Agropecuario (IPA) y Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca continúan monitoreando la situación, pero más allá de darle recetas a los productores, la meta es fomentar la discusión y aprender para prevenir frente a otros eventos. La situación de cada productor es bien diferente y no hay una receta mágica que les ayude a solucionar la crisis: las decisiones se toman con sus propios números y en discusión con los técnicos y asesores.

Hay más de 3.000 productores asistidos con raciones por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, casi 90 gremiales trabajando en la entrega y se destinaron 20 millones de kilos de suplemento proteico junto con 12 millones de kilos de suplemento para terneros. A la vez, se distribuyeron 93 kilómetros de lona para comederos, lo que implica unos 3.720 comederos para el ganado.

La asistencia está, pero el productor queda con una deuda para adelante en un ejercicio que seguramente termine con costos mucho más altos que en el ejercicio pasado. Más allá de la asistencia oficial a los pequeños productores o productores familiares, hay otros que no entran dentro de esa categorización y están suplementando sus ganados por su cuenta.

SENTIDOS.

Hasta ahora la mortandad está centrada en vacas y algunos terneros que quedan empantanados en los tajamares casi secos, no se generalizaron casos de mortandad por hambre, sostienen los técnicos consultados por El País.

Lo más sentido en todas las zonas afectadas por la sequía son las vacas de cría que están en el tercer tercio de gestación y las categorías de reposición (animales jóvenes). “En las recrías , las vaquillonas venían muy bien para entorarse a los dos años y con el parate de otoño y el invierno que estamos pasando, si no se priorizan aquellas que tienen chance de llegar al servicio, va a costar preñarlas”, aseguró Saravia a El País.

A la vez, hay vacas que están perdiendo condición corporal, pero llegarán armadas al parto y otras que ya están desechas y hay que ver si llegan al parto.

Según su visión, estamos a 100 kilos del peso ideal frente al nuevo servicio y “recuperar ese kilaje en septiembre, octubre y noviembre con un déficit de pasto enorme, por más que la temperatura sea normal, es muy difícil si no se suplementa o se puede pastorear una buena avena”.

Saravia exhortó a los productores a “priorizar las medidas de manejo en algunas categorías, a los efectos de no entrar en una primavera cara”. Todos los sistemas de cría precisan volver a preñar las vacas y aplicar destete precoz u otras tecnologías para que ese vientre recupere condición corporal y vuelva a preñarse, sumarán más costos que en algunas empresas se sentirán fuerte. “Una vaca que en lugar de 30 kilos pierda 25 kilos, capaz que se salve de un destete precoz y con una tablilla mejore la condición corporal. Si en la primavera, el productor tiene que poner US$ 40 por vaca para volver a preñarla, las cuentas no van a dar. Al cierre del ejercicio los costos se van a disparar”.

MERCADO.

En varios casos la emergencia agropecuaria encontró los predios con cargas muy altas que no podían soportar con su base forrajera. La crisis obligó a alivianar los campos, pero “los productores están vendiendo en un mercado deprimido. Es muy fácil recomendar que bajen la carga, pero cuando esos productores sacan ganado el mercado no los ayuda”, dijo sin reparos el experto del IPA. Mirando para adelante, por más buena que sea la primavera, los productores tendrán que seguir tomando medidas para acortar los plazos de recomposición del sistema. “Por más que la primavera tenga buena lluvia, estamos 50 o 60 kilos de peso por debajo de cada categoría y recuperar eso llevará toda la primavera. A la vez, si viene un verano normal será difícil de manejarlo”, finalizó Saravia.

La carga animal que pasó a ser histórica

“Estamos frente a una carga animal histórica, de las más importantes que se hayan registrado”, sostuvo Fabio Montossi, director general del INIA y reconocido investigador. Se proyecta un stock vacuno de 12 millones de cabezas y con una carga cercana a 0,8 Unidades Ganaderas por hectárea. A la vez, el área mejorada no supera el 17%” de la superficie destinada a la ganadería, reconoció Montossi.

Productor aprendió de sequías anteriores

“No hay ánimo de liquidación en el sector ganadero”, aseguró el jefe de información y transferencia tecnológica del Instituto Plan Agropecuario (IPA), doctor Alejandro Saravia, a El País mientras nueve departamentos del sur siguen enfrentando los daños de la sequía, sumados a los de un invierno como hace algunos años no se padecía.

El técnico participa constantemente en las reuniones con productores afectados, buscando aconsejarlos para que puedan ir llevando la situación con el menor trauma posible para sus empresas ganaderas.

“Participo en reuniones de sequías desde 1999 y he visto gente llorar, hace años, cuando se hizo la hotelería de terneros para que le aceptaran sus animales. Ese drama no se ve hoy, porque creo que hubo un aprendizaje de la problemática que causa este trastorno climático y un escenario distinto”, aseguró Saravia a El País.

Por su parte, el consignatario de ganado Ignacio Aramburu, aseguró que hay muy poca oferta de ganado para el campo.

“Hay muchos pedidos, pero muy poca oferta”, porque los productores, “aún dando ración, no quieren desprenderse de esos ganados. Buscan aguantarlos aunque tenga mayores costos en lugar de venderlos y luego tener que salir a reponerlos más adelante pagando precios más altos”, explicó el operador.

Aramburu reconoce que, por lo general, en las sequías el productor siempre vendió mal y aprendió esa lección de vender barato para salir a comprar caro.

Pablo Mestre
Pablo Mestre
Un total de 550 productores respondieron encuesta RING del IPA

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