Chicago operó con volatilidad y firmeza en forma simultánea, ya que mientras que el poroto de soja cayó solo en los contratos de vencimiento más inmediato, los cereales volvieron a subir, tomando fuerza de una combinación de clima, demanda externa y harina de soja.
En los demás mercados financieros, el crudo se bajó de sus máximos de siete meses, conseguidos en la víspera – cuando alcanzó los usd 50 por barril. Los bonos del tesoro de EEUU operaban con subas, mientras el dólar cedía terreno y daba así luz verde para el avance del resto del mundo financiero, lo que no todos consiguieron aprovechar.
El maíz volvió a subir, ayudado por la firmeza en la harina de soja, además de los buenos datos de exportación semanal, que volvieron a reflejar la avidez de la demanda externa por producto disponible (aunque por debajo de la semana previa), mientras que los negocios de la nueva zafra estuvieron alineados con lo esperado por el mercado.
La soja bajó levemente en los contratos de vencimiento más inmediato, en un día en donde los fondos operaron activamente, llevando a los precios de la oleaginosa a tocar máximos durante el nocturno – y extender así la escala de precios del miércoles – mientras que durante el día se dedicaron a tomar ganancias de esos movimientos previos, aunque hacia el final de la operativa diaria recortaron las pérdidas. Los negocios de ventas de exportación semanal quedaron cortos frente a lo que el mercado esperaba, tanto para el producto disponible como al correspondiente a la nueva zafra. La harina, por su parte, cayó frente a los negocios cerrados una semana atrás.
El trigo subió fuerte, en medio de un mercado climático anticipado. Las ventas de exportación quedaron cortas, tanto frente a la semana anterior como a las previsiones de los operadores. Aumentan las preocupaciones por el nivel de daño que potencialmente pueda significar las lluvias de último momento, con los cultivos prontos para cosecharse, lo que podría impactar muy negativamente sobre las calidades.
FIMIX – Agrofinanzas