La Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Agricultura de Brasil, redujo ayer en su informe mensual de estimaciones agrícolas la previsión sobre la cosecha de trigo brasileño, que se inicia en octubre, de 5,58 a 5,20 millones de toneladas, y la dejó un 22,7% por abajo de los 6,73 millones obtenidos en 2016.
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La principal caída del trigo brasileño se prevé para el Estado de Paraná, donde la siembra de 864.800 hectáreas ya implicó un retroceso del 20,4% respecto del ciclo anterior, y donde ahora los técnicos del organismo proyectan una cosecha de 2,48 millones de toneladas, frente a los 3,41 millones del año pasado. En todo el país, la siembra del grano fino cayó de 2,12 a 1,83 millones de hectáreas entre campañas.
Pese a la menor producción esperada, la Conab no modificó la previsión sobre las importaciones de trigo de Brasil, que quedó en 7 millones de toneladas, en línea con los 7,1 millones del ciclo precedente. De ese volumen requerido tras la cosecha de 2016 (actual ciclo comercial), la Conab informó que hasta julio el trigo de la Argentina tuvo una participación del 64,7%; el de Estados Unidos, del 17,8%; el de Paraguay, del 10,5%; el de Uruguay, del 4,3%, y el de Canadá, del 2,7 por ciento.